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Vea bien el número pues puede ser la inversión más grande del año en la industria automotriz mexicana. Aún falta mucho para que termine el año, pero la cifra puede significarlo y la importancia...
Vea bien el número pues puede ser la inversión más grande del año en la industria automotriz mexicana. Aún falta mucho para que termine el año, pero la cifra puede significarlo y la importancia no queda ahí, tan sólo en una cifra récord, sino que es para fabricar vehículos eléctricos en el país, lo que aumenta el valor, para que de ahí salgan en 2023 las primeras unidades.
General Motors decidió invertir en su excelente planta de Ramos Arizpe, Coahuila, en una nueva nave de pintura que será de las más ecológicas que existirán y que ayudará a que la producción –sin duda– sea más eficiente y la producción de vehículos 100% eléctricos. La importancia es mayor pues la tendencia en 10 a 15 años es dejar de producir vehículos a gasolina o casi no hacerlo, pero para que la planta productiva en México con su gran lugar estadístico y de exportación de nuestro país a más de 60 países del mundo siga, es necesario convertir las líneas de ensamble de vehículos de gasolina a eléctricos.
El reto no es fácil, ya que las inversiones son cuantiosas para la adaptación o creación de plantas, lo que parece ser la misma planta o proceso y solo poner motores y baterías eléctricos, no lo es, pues hay que adaptar una planta para los sistemas de alta tensión, la limpieza del aire y pisos requeridos, medidas de seguridad, adaptación a que lo más importante ahora será la gran computadora de los autos y no el motor, etcétera. Le podría decir que es casi como la producción de otra categoría de producto, aunque este tenga cuatro ruedas.
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El que lo haga General Motors nos habla del futuro de la armadora en México, de la necesidad que tendrán para exportar hacia el norte donde cada día se presentan al mercado y se comprarán vehículos de este tipo, desde pick-ups, camionetas hasta autos, con lo cual garantizan las próximas décadas de trabajo de la planta en el país.
No se sabe qué vehículo van a ensamblar aún, pero sabemos que entrarán con más el mercado mexicano como el Bolt. Confirmado el Cadillac LYRIQ para finales de año y seguramente nos enteraremos del GMC Hummer EV. Con ello la base de clientes adaptándose a la nueva tecnología crecerá también para los clientes de todas sus agencias en el país. Y lo más probable es que produzcan un vehículo que ni siquiera se conoce aún.
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Son mil millones de dólares, que vienen como aire fresco en medio de un año pandémico, un mercado en recuperación y significan un fortalecimiento del comercio internacional de nuestro país. También representa la creación de empleos de mayor valor. Lo mejor es que servirá de ejemplo que en suelo mexicano se pueden encontrar los proveedores de la nueva tecnología para las plantas que deseen venir o adaptar sus líneas existentes.
Ford ha hecho lo propio en Cuautitlán con el Mustang E y ya tiene mucho tiempo de producir híbridos en Hermosillo. Lo que queda es ver quiénes más se van sumando a la adaptación de sus líneas al futuro eléctrico. Por lo pronto, la carrera de la modernización productiva está en marcha y por detonarse el consumo de los eléctricos en el mercado mundial
Lo que anunció GM es más que dinero y nueva tecnología, es la visión del futuro que la industria debe fortalecer para permanecer en crecimiento. Como el que ha tenido desde la última década del siglo pasado hasta ahora, por los próximos 50 años…
