Islay, territorio Land Rover

Land of Land Rover, así tal cual… La isla de Islay es un territorio meridional de las Hébridas Interiores de Escocia, y sitio de gran relevancia para la marca ya que en 1947, Spencer Wilks, entonces Director de Rover Car Company, al conducir su Rover 12 modificado mencionó que para recorrer este terreno el vehículo debía cambiar su nombre a Land Rover, esto debido al territorio agreste e intrincado de este sitio escocés, que resulta ser la quinta isla de mayor extensión de Escocia y la sexta en dimensiones que rodean Gran Bretaña.

Es así que Land Rover regresa a las tierras y aires que vieron nacer su leyenda a partir del Defender, el vehículo 4×4 por antonomasia y que estará llegando a su fin de ciclo de vida como tal, pero que ha dado paso al SUV de lujo: Range Rover, al Discovery, al maravilloso Evoque y a versiones que son dignas de portar el calificativo «By appointment to Her Majesty The Queen».

Durante la producción de un video que exhibe la herencia británica y la razón de ser de la compañía, automotores tan importantes como la Serie de 1954, la de 1965 conocida como 88″ Tilt y la Station Wagon 109″ han sido seleccionados para aparecer en la pequeña cinta a continuación:

Más sobre Islay: su capitales Bowmore donde se encuentran la iglesia parroquial Kilarrow ronda distintivo y una destilería. Islay posee una superficie total de casi 620 kilómetros cuadrados (239 millas cuadradas). Existe una amplia evidencia del asentamiento prehistórico de Islay y la primera referencia escrita puede haber llegado en el siglo 1 DC. La isla se había convertido en parte de la Gaelic Reino de Dalriada durante la Alta Edad Media, antes de ser absorbido por los nórdicos Reino de las Islas. El período medieval posterior marcó un «punto de alta cultural» con la transferencia de las Hébridas al Reino de Escocia y el surgimiento del clan Donald a las islas, inicialmente centradas en Finlaggan. Durante el siglo 17 la buena fortuna del clan Donald se desvaneció, pero la mejora de la agricultura y el transporte llevaron a un aumento de la población, que alcanzó su punto máximo en el siglo 19.