Quién hubiera imaginado que dentro del amplio catálogo de récords dentro de la firma alemana BMW estaría el quizá más exitoso automóvil de un solo cilindro de la historia. Nada más y nada menos hablamos del famoso “coche burbuja”, el BMW Isetta.
El histórico fabricante alemán con currículum en coches, motocicletas y motores de aviones sería el encargado de llevar adelante una concepción de movilidad que sin duda alguna jamás se había imaginado antes.
BMW Isetta surge en un periodo de crisis. La compañía germana estaba al borde de la quiebra a mitades de los años 50. Las motocicletas, rubro en el que antes habían sido muy exitosos, comenzaban a disminuir en cuanto a números de producción. Y los vehículos de lujo como 503 y 507 no sólo eran difíciles de vender sino que la marca sufría pérdidas con cada ejemplar vendido debido a sus altísimos costos de producción.
La prioridad número 1 de BMW era recuperar presencia en el mercado con un coche que pudiera producirse de forma barata y al alcance de clientes que aún estaba recuperándose económicamente de los estragos provocados por la Segunda Guerra Mundial.
La marca encontró la respuesta en el Auto Show de Turín en 1954 de la forma más inesperada posible: una compañía productora de refrigeradores. Los ingenieros Ermenegildo Preti y Pierluigi Raggi, trabajadores de la firma italiana Iso SpA como parte de un experimento decidieron crear un coche súper compacto con solamente tres ruedas y una sola puerta de apertura al frente, muy similar a la de un refrigerador. Se le bautizó como el Iso Isetta.
BMW vio en este concepto no solamente un vehículo de fácil producción sino como algo interesante para distinguirse en el mercado automotriz tan competitivo. Por ello, la firma teutona adquirió los derechos de producción del micro-coche y se puso a trabajar.
El primer paso de BMW Isetta fue preservar el nombre italiano original aunque principalmente se le apodó como el “carro burbuja”. Siguiendo al diseño original, Isetta tendría solamente una puerta de acceso al frente y un motor trasero de monocilíndrico.
No obstante, BMW se dedicó a refinar tanto el motor como el chasís. Acostumbrados a desarrollar vehículos de alto desempeño, la única posibilidad que tenía el fabricante alemán dentro de su catálogo en cuanto a motorización y que pudiese adaptarse de manera realista al Isetta fue un 250cc proveniente de su motocicleta R25 de tan solo 12 caballos de potencia.
En 1956, la República Federal de Alemania decidió implementar una nueva regulación donde ningún vehículo podría operar con un motor menor a 250 CC a excepción de motocicletas pequeñas. Por ello, el modelo de 300cc se produjo de 13 caballos de potencia. Con ello, vendría el Isetta Moto Coupé DeLuxe con la introducción de un vidrio lateral deslizable.
El equipo de marketing haría referencia a BMW Isetta como el “motocoupé” debido a su parentesco con las motocicletas. Con su longitud de 2,28 metros y un peso de tan solo 350 kilogramos, su manejo en calles cerradas era preciso y divertido. Y lo mejor de todo es que podía cargar a dos pasajeros adultos en su interior como cualquier coupé deportivo de dos puertas.
Debido a que la puerta se abría por el frente, llevándose a la columna de dirección y el volante consigo, el acceso era algo complicado. Además, la cajuela consistía en una caja de metal externa porque la parte trasera montaba el motor, haciéndolo muy poco práctico. Sin embargo, el entusiasmo por la clientela fue inmediato porque sabían que estaban al frente de un tipo de vehículo que nunca habían visto antes en cuanto a coches compactos.
Con un precio equivalente a 1,450 dólares actuales, el Isetta fue un éxito comercial implacable. Esto llevaría a la producción eventual de BMW Isetta 600, que era básicamente la versión para llevar 4 pasajeros con un motor R67 con velocidad tope de 103 kilómetros por hora.
10,000 vehículos fueron vendidos en el primer año y para el año siguiente el Isetta sería exportado a lo largo de toda Europa y eventualmente a mercados argentinos y brasileños, acumulando la cifra extraordinaria de 161,728 Isettas alrededor del mundo. Esto lo convertiría en uno de los vehículos más exitosos de un solo cilindro en la historia.
Pero este éxito rotundo del coche burbuja no duraría para siempre. En 1962, la firma se vería obligado a descontinuarlo en cuanto la prosperidad económica en el poder adquisitivo de los clientes se recuperó.
Ansiosos por comprar vehículos tradicionales, BMW pasaría nuevamente a la concentración de vehículos deportivos y sedanes de lujo. No obstante, el pequeño Isetta representa uno de los éxitos notables de la marca y al día de hoy es uno de los vehículos coleccionables más deseables provenientes de la década de los 50.
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