Con alrededor de 5,000 ejemplares, Z8 es uno de los modelos más deseables de la firma germana.
Clásico instantáneo. Diseñado desde un inicio para apelar a coleccionistas y a los amantes del diseño automotriz de antaño. BMW Z8 es la celebración de la marca germana por la estética vintage, obra de Henrik Fisker y Scott Lempert.
Sin duda alguna, este automóvil es uno de los más reconocibles en la historia del fabricante. Bello por cualquier ángulo que lo veas y poderoso en las curvas, no sorprende que este icónico coche ahora mismo es uno de los más codiciados en los mercados internacionales.
La historia de BMW Z8 empieza en 1993 cuando los representantes principales de la firma estaban en un viaje en Saint-Tropez. Para celebrar el retiro del histórico Eberhard von Kunheim al frente de la compañía, se organizó una especie de desfile con coches de cada año que se produjeron durante su liderato.
Sin embargo, existió un coche que destacó por encima de todos. Se trataba de quizá uno de los vehículos más bellos producidos en la historia de la firma teutona. El BMW 507 de 1954 es un roadster de dos puertas hecho para competir contra el hermoso Mercedes-Benz 300 SL.
El 507 aparte de ser brutalmente bello contaba con un 3.2 litros V8 que para esa época era simplemente increíble. Desgraciadamente, al ser el doble de caro de construir que lo planeado, el coche tuvo que venderse en 10,000 dólares al público, algo así como 90,000 ajustado a la inflación actual. Este modelo es ahora uno de los más raros en el catálogo BMW.
El éxito y atractivo del 507 fue fundamental para que von Kunheim tuviera una idea final antes de retirarse. ¿Y si lo revivimos pero en versión moderna? Esta pregunta llevaría a la creación conceptual del BMW Z8.
El Z07 debutó en el Tokyo Motor Show de 1997 y tuvo un éxito instantáneo. Producto del programa E52 de la marca, la idea era realizar un coche que pudiese preservar la mayoría de sus características en un hipotético modelo de producción.
Para el año 2000, el BMW Z8 arrancaría su producción. Lo único que perdería de su diseño conceptual era su techo rígido en forma de burbuja para adaptar cascos en favor de un look roadster en referencia al 507.
BMW Z8 destacó inmediatamente por contar con un chasis y carrocería en aluminio. Todos los vehículos recibían aparte un techo descapotable también en aluminio a juego con el color de la carrocería.
Sin embargo, lo realmente emocionante aparte de su diseño fue el motor. Designado internamente como el S62 presente ya en la colección del M5 en su generación E39, esto volvería al Z8 en el coche de calle más rápido jamás hecho por la marca.
Con 4.9 litros en un V8, El S62 proporcionaba 294 caballos de potencia y 369 libras pie de torque acoplados a una caja manual de 6 velocidades. BMW aseguró que el 0-100 se realizaba en alrededor de 4.7 segundos con una velocidad máxima cercana a los 290 kilómetros por hora. Esto significó sorprendentemente que Z8 superó al Ferrari 360 Modena en las categorías de aceleración, manejo y frenado. ¡Wow!
BMW Z8 se produjo del año 2000 al 2003 con un éxito descomunal a pesar de su precio de 129,000 dólares inicial (195,000 dólares actuales). Durante estos años se fabricaron 5,703 vehículos en total para todo el mundo.
Para celebrar su salida del mercado, BMW colaboró con una edición final en colaboración Alpina. El Alpina Roadster V8 lanzado en 2003 contaba con una caja automática de 5 velocidades BMW Steptronic que ahora entregaba 375 caballos de potencia y 383 libras pie de torque. Curiosamente, la velocidad máxima sería limitada a 259 kilómetros por hora.
Sin embargo, la consolidación del Z8 en el colectivo popular sucedió cuando se convertiría el coche del agente secreto más famoso del mundo. James Bond manejaría un ejemplar en la cinta de 1999, The World Is Not Enough.
Sin duda alguna, dentro de la colección de coches hermosos con diseños vintage que probablemente tendrán vigencia por siempre, el Z8 es uno los primeros ejemplares que se nos vienen a la cabeza. Ojalá estas estrategias se adapten más por las marcas. ¡Que viva lo vintage!