Ciertos modelos de todas las marcas automotrices llegan a ganarse una versión deportiva, pero no sólo a nivel estético sino que las “entrañas” del motor también cambian, Ford ha aprovechado muchos autos de su...
Ciertos modelos de todas las marcas automotrices llegan a ganarse una versión deportiva, pero no sólo a nivel estético sino que las “entrañas” del motor también cambian, Ford ha aprovechado muchos autos de su historia apoyados en la división de competencia denominada Ford Racing.
La marca del ovalo comenzó con autos denominados SVT (Special Vehicle Team) que luego se convirtieron en ST y en nuestro país recordamos los Focus ST de pasadas generaciones y claro las ediciones extremas RS que por cierto seguimos esperando.
De momento el Focus sólo tiene una versión ST y es sin dudas divertida y con un diseño muy sobrio, aunque si escogen el color “Amarillo Cinético” olviden el pasar desapercibidos. El diseño con un cambio de fascia logra un auto prácticamente nuevo, dicha pieza crea una forma envolvente al frente que contrasta de buena forma con la parrilla de red negra con el logo ST.
Los costados ofrecen un nuevo juego de faldones y rines de 18. La parte posterior ofrece un discreto alerón así como un nuevo difusor y parte baja que alberga el escape central en tono oscuro. Al interior es cómodo y pensado para la conducción dinámica ya que los asientos firmados por Recaro cuentan con excelente soporte lumbar y lateral, mientras que la ergonomía de todos los elementos queda cerca del piloto, aunque cuenta con demasiados botones en el tablero.
La experiencia de manejo se nota desde que nos sentamos y sentimos el material del volante y la palanca de cambios, al prender el motor se escucha un sonido ronco y bajo que se suma al carácter sobrio del auto, en la parte superior del tablero contamos con medidores siendo el central el más interesante ya que es el que marca la presión del turbo.
TODAS LAS FOTOS DE NUESTRA PRUEBA CON EL FOCUS ST
Al comenzar a rodar suavemente en el auto podemos darnos cuenta que es agradable incluso en circulación citadina ya que si bien la suspensión es firme, no ataca nuestra espalda y la precisa dirección apunta perfectamente para dar vuelta en las calles o acomodarnos rápidamente en un cajón de estacionamiento.
Pero el Focus ST es un auto deportivo para correr, así que nos dispusimos a ir a pista para sacarle jugo al motor 2 litros de 250 hp con 270 lb/pie de par motor, acoplado a una caja de cambios manual de 6 marchas, en dicho lugar pusimos el modo Sport que gestiona la aceleración y además desconectamos el control de tracción para poder realmente sentir el chasis.
Desde el principio el manejo fue divertido y no sólo por el sonido del motor, que podríamos decir “románticamente” que es suave y seductor, sino porque la aceleración es contundente y a comparación de la generación pasada no cuenta con mucho torque steer, es decir que el auto pierda adherencia en el eje delantero con la potencia desmedida; la frenada es potente y aun cuando sea enérgica el auto no se mueve demasiado (recordemos que no tenía control de tracción).
El paso por curva es rápido y el equilibrio del peso del auto es muy bueno, gracias al trabajo de la suspensión el Focus ST no cuenta con movimientos laterales o tendencia a irse de frente, aunque es relativamente sencillo sacarlo de balance en la parte posterior. De hecho hicimos el experimento de circular por un camino de terracería donde mantuvo mucha precisión de manejo y sobre todo me dio la confianza de poder controlarlo en todo momento.
El Focus ST es un gran producto de la marca un auto con un excelente equilibrio entre la comodidad del manejo diario con un manejo deportivo, sin que lo anterior reste sensaciones de manejo, además es un auto que no es llamativo visualmente aunque si queremos correr, dejará a muchos viendo nuestra placa trasera.