Cuando hablamos de Corvette no sólo debemos referirnos a una leyenda americana del mundo del motor. Sino del primer superdeportivo destinado a competir y restarle un poquito de brillo a los bólidos de high performance...
Cuando hablamos de Corvette no sólo debemos referirnos a una leyenda americana del mundo del motor. Sino del primer superdeportivo destinado a competir y restarle un poquito de brillo a los bólidos de high performance provenientes del viejo continente a mitad del siglo pasado. Alemanes e italianos como Alfa Romeo, Jaguar, Porsche, Mercedes-Benz.
Y es que el contexto eran decididamente pruebas como las 24 Horas de Le Mans. En donde el desafío no sólo consistía en ir rápido. Sino en saber frenar y tomar las curvas a gran velocidad, y en Estados Unidos se corría ya la Indi 500, las 12 Horas de Sebring, y poco previo a la década de los 60, las 500 millas de Daytona. Es decir, competencias muy diferentes con necesidades diamentralmente opuestas.
Así fue como Chevrolet comenzó a pensar en la idea de un deportivo posterior a la Segunda Guerra. Que salió a la venta en 1953 producto de la idea de Harley Earl, su diseñador original.
En aquellos tiempos Nash Motors introdujo el Nash-Healey, un deportivo de dos plazas que despertó las ideas de Harley Earl y del equipo de proyectos especiales. Quienes pusieron manos a la obra y diseñaron al Corvette para presentarlo en Motorama Car Show.
Derivado de lo que sería un ágil barco de guerra del siglo XIX, y potenciado gracias a los militares que regresaron de la Segunda Guerra a los Estados Unidos solicitando automóviles deportivos bi-plazas como sinónimo de estatus. General Motors decidió lanzar al mercado un automóvil que hoy mismo es una leyenda, y permanece como el único y fiel deportivo americano, al menos de producción regular.
Quien lo propuso fue el publirrelacionista Myron E. Scott, quien trabajó en Chevrolet desde 1937 como asistente y era encargado de tomar fotografías a los nuevos modelos. Scott se inspiró en William Reed, diseñador naval que creó buques para la Segunda Guerra y quien retomó el nombre Corvette. Utilizado por vez primera en 1670 para buques franceses.
Modificado en diversas ocasiones pero que parte de la idea de Robert Bartholomew. Utiliza dos varas de cruce con una bandera a cuadros a la derecha y una bandera de Estados Unidos a la izquierda. La bandera va en señal de las carreras, la blanca para la última vuelta y a cuadros para el ganador. Hoy el emblema enciende una “V” de Vette como ha sido adoptado el automotor por los coleccionistas.
Ahora que ya sabes por qué se llama Chevrolet Corvette, te comento que el Corvette C8 se ofrece únicamente con una configuración de propulsor. Y está a punto de llegar a México, pero podría ofrecer variante híbrida o algún grado de electrificación en el futuro próximo. Además de que definitivamente veremos un ZR1 y Z06 muy pronto.