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La nueva apuesta de Mitsubishi es por los autos subcompactos con buen equipamiento y un excelente rendimiento de combustible. El Mirage es un fiel exponente de esa filosofía.
Uno de los segmentos de mayor crecimiento en el mercado nacional, es el de los vehículos subcompactos, que en muchas ocasiones son las opciones más buscadas por los jóvenes que buscan su primer auto. Poco equipamiento, diseño aburrido, pocos o nulos sistemas de seguridad y escasas versiones eran hasta hace no mucho la constante. Mitsubishi da una vuelta de tuerca a esta tendencia con su propuesta Mitsubishi Mirage.
Son cuatro las versiones de este carismático vehículo, que ya se encuentran en los pisos de venta de la marca. Su precio va de los $149,900 a los $199,900 que alcanza el modelo con mayor equipamiento.
La imagen del Mirage es atractiva y se completa con las ocho opciones de colores que los diseñadores de Mitsubishi han seleccionado para esta nueva ofensiva, que les promete incrementar significativamente sus números de venta.
En el frente destacan sus formas redondeadas, las cuales se hacen acompañar de una configuración de luces y faros de niebla, que le brindan un aspecto moderno.
Los laterales de este hatchback, de cuatro puertas, le otorgan un look sólido y compacto, con rines de 14 pulgadas, con opción de crecerlos a 15”, mientras que la parte trasera presentan formas bien definidas con un toque dinámico, gracias a su pequeño spoiler sobre la ventana de la cajuela.
Por dentro este pequeño presume de materiales de buena calidad y de un sistema de audio Sony, el cual es manipulado por una pantalla táctil de 6.1 pulgadas, además de controles de los sistemas de comunicación e infoentretenimento al volante y adicionalmente tiene un control con el que el copiloto y pasajeros no se quedarán fuera de la jugada al momento de ponerle soundtrack al viaje.
Bajo el maquillaje del Mirage está un motor de tres cilindros 1.2 litros que entrega una potencia de 76 caballos de fuerza, con un empuje de 74 lb-pie de torque. La transmisión puede ser manual de cinco velocidades o automática CVT.
Su rendimiento de combustible combinado es de 27.8 kilómetros por litro, algo fundamental y una carta fuertísima en su conquista del mercado mexicano, tomando en cuenta los precios de la gasolina que ya están en la estratosfera.
Su equipamiento de seguridad incluye bolsas de aire, para conductor y pasajero, además de, en tres de sus cuatro versiones, frenos ABS, asistente de frenado de emergencia y distribución de frenado. Un punto muy a favor, que hará peso, cuando esté en las opciones de compra.
Nos damos color de Puerto Vallarta a Tepic.
Para ver de qué está hecho el Mirage tomamos camino de Puerto Vallarta a Tepic y fue en donde pudimos constatar la eficiencia de su motor 1.2 litros que nos sorprendió, ya que pensábamos que le costaría trabajo en las incontables subidas de la carretera, pero no fue así, por el contrario se mostró brioso y con buen empuje al momento de hacer rebases.
Lo anterior se debe a que los ingenieros de Mitsubishi trabajaron muy fuerte en la reducción de pesos y, le ganaron a la báscula, con su estructura RiseBody, la cual esta diseñada para absorber eficientemente algún impacto elevando el nivel de seguridad de conductor y pasajeros. Lo cual se traduce en una inmejorable relación peso-potencia.
La dirección es precisa y permite desarrollar un manejo my dinámico, mientras que la suspensión absorbe las irregularidades del camino evitando que sufra la espalda.
Los espacios interiores brindan confort, en cualquiera de sus cinco plazas, mientras que el sistema de audio permite amenizar las aventuras en carretera y ciudad, gracias al hermetismo de su habitáculo.
Las dos transmisiones son eficientes, incluso, la CVT , nos sorprendió ya que en todo momento tuvo una gran respuesta al momento de distribuir la potencia a la tracción delantera, mientras que los cambios cortos de la versión manual dan la oportunidad de una conducción muy divertida.
El veredicto es que le Mirage llega a un segmento necesitado de opciones frescas, pero sobretodo diferentes a lo que estamos acostumbrados. Su sobresaliente rendimiento de combustible, su equipamiento, que no olvida la importancia de la seguridad lo convierten en una carta de peso en la nueva ofensiva de Mitsubishi para elevar sus cifras de venta y en un rival para las firmas que buscan una rebanada del pastel de este segmento.
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