Hablar del futuro de la movilidad, es hablar de cambios drásticos en el paradigma en el que hemos vivido desde hace cien años. Con la llegada de Joe Biden a la presidencia de los Estados Unidos, la expectativa de que el país nuevamente se alineara a la lucha contra el cambio climático ha sido determinante. Y, como parte de ello, se encuentra el impulso a los vehículos eléctricos.
El plan del presidente, denominado American Jobs Plan, ha sido publicado el 31 de marzo, pero aún falta la aprobación del Congreso para que se convierta en ley. En materia de vehículos eléctricos, éste contempla una inversión de 174 mil millones de dólares para promover su uso y la infraestructura de carga.
Si comparamos con los 80 mil millones para transporte público, 80 mil millones para ferrocarriles y 115 mil millones para mantenimiento de infraestructura vial, podemos ver que el monto mayor se lo llevan los EVs. Lo que no se señala es algún tipo de prohibición a los motores de combustión o alguna fecha límite para su uso, tal como sucede en algunos estados americanos, como California, y ni se diga en países europeos.
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Lo que sí se menciona al final del apartado “modernizando la generación de energía y entregando electricidad limpia”, es que sus acciones son un avance hacia una energía 100 por ciento libre de contaminación de carbono para 2035.
El plan también señala que las ventas de vehículos eléctricos enchufables en Estados Unidos es sólo un tercio del tamaño del mercado chino, por lo que la visión de Biden es cambiar eso. ¿Cómo planea hacerlo? Desde apoyando a fabricantes, incentivando a los consumidores, construyendo una red nacional de 500 mil cargadores de vehículos eléctricos para 2030 y reemplazando vehículos de tránsito diésel por eléctricos.
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¿A dónde se destinarán los 174 mil millones para ganar el mercado de vehículos eléctricos? Te compartimos lo más importante del apartado del Plan, “Crear buenos trabajos electrificando vehículos”.
– Permitirá a los fabricantes de automóviles impulsar las cadenas de suministro nacionales desde las materias primas hasta las piezas, reequipar las fábricas para competir a nivel mundial y apoyar a los trabajadores estadounidenses en la fabricación de baterías y vehículos eléctricos.
– Dará a los consumidores descuentos en los puntos de venta e incentivos fiscales para que compren vehículos eléctricos fabricados en Estados Unidos, al tiempo que garantizará que estos vehículos sean asequibles para todas las familias y fabricados por trabajadores con buenos trabajos.
– Establecerá programas de subvenciones e incentivos para que los gobiernos estatales y locales y el sector privado construyan una red nacional de 500,000 cargadores de vehículos eléctricos para 2030, al mismo tiempo que se promueven fuertes estándares de mano de obra, capacitación e instalación.
– Reemplazará 50,000 vehículos de tránsito diésel y electrificará al menos el 20 por ciento su flota de autobuses escolares amarillos a través de un nuevo Programa de Autobuses Limpios para Niños en la Agencia de Protección Ambiental, con el apoyo del Departamento de Energía.
– Utilizará las vastas herramientas de adquisiciones federales para electrificar la flota federal, incluido el Servicio Postal de los Estados Unidos. El objetivo es tener autobuses 100 por ciento limpios, asegurando “que la fuerza laboral estadounidense esté capacitada para operar y mantener esta infraestructura del siglo XXI”.
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El plan también contempla corregir las desigualdades históricas en materia de transporte, incluyendo 20 mil millones para un nuevo programa que “reconectará vecindarios aislados por inversiones históricas y garantizará que los nuevos proyectos aumenten las oportunidades, promuevan la equidad racial y la justicia ambiental y promuevan el acceso asequible”. También menciona la investigación en proyectos como pavimentos avanzados que reciclan dióxido de carbono.
En materia energética, propone una extensión de diez años y una eliminación gradual de un crédito fiscal ampliado por inversión de pago directo y un crédito fiscal por producción para la generación y almacenamiento de energía limpia. De la misma manera, movilizará la inversión privada para modernizar el sector energético, apoyará a los gobiernos estatales, locales y tribales que elijan acelerar esta modernización a través de políticas complementarias. También impulsará el despliegue de energía limpia en el mercado mediante la compra de energía limpia 24 horas al día, 7 días a la semana para edificios federales.
Finalmente, establecerá un Estándar de Eficiencia Energética y Electricidad Limpia (EECES) destinado a reducir las facturas y la contaminación de electricidad, aumentando la competencia en el mercado, incentivando un uso más eficiente de la infraestructura existente, y continuar aprovechando la energía libre de contaminación de carbono proporcionada por fuentes existentes como la energía nuclear y la hidroeléctrica.
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