La historia de hoy es algo confusa, sin duda. Hablamos de Ford Falcon, un regreso para la marca en términos de ofrecer nuevamente vehículos accesibles en un mercado competitivo. Sin embargo, entre todas sus...
La historia de hoy es algo confusa, sin duda. Hablamos de Ford Falcon, un regreso para la marca en términos de ofrecer nuevamente vehículos accesibles en un mercado competitivo. Sin embargo, entre todas sus variantes está Ford 200, la versión ofrecida en nuestro país. ¿Pero cómo los distinguimos?
Pasando del nacimiento del muscle car con Pontiac GTO, este #ViernesVintage nos toca hablar de un coche pequeño y barato introducido en una de las décadas más turbulentas pero significativas de la historia: los sesentas.
Ford 200 y Ford Falcon tienen sus antecedentes desde finales de la década de los 50 dentro del fabricante azul. Primero que nada, es importante entender el contexto que vivían las tres grandes marcas norteamericanas: General Motors, Chrysler y por supuesto, Ford.
La tendencia había sido ofrecer lo que funcionó bien en la década anterior. Es decir, sus vehículos eran generalmente muy grandes, lujosos y por lo tanto, costosos. Esto sucede al mismo tiempo del arribo de vehículos importados de Europa y Japón del estilo Fiat, Renault, Toyota y Volkswagen. Estas nuevas alternativas pusieron a los estadounidenses en jaque.
Ford simplemente no contaba con un modelo accesible, barato, práctico y de fácil reparación para competir contra los coches extranjeros. Por ello, el entonces presidente de Ford y futuro Secretario de Defensa bajo Robert F. Kennedy, el señor Robert McNamara, armó un equipo para la creación de un proyecto de un coche que cumpliera con esta necesidad.
En 1960, la creación de McNamara es presentada bajo el nombre Ford Falcon y antecedente al llamado Ford 200 en nuestro país. Llegaría muy a la par en nuestro país al fabricarse en la famosa planta de Cuautitlán en el Estado de México. Su naturaleza sencilla y fácil de mantener lo convertía en el perfecto candidato para un modelo de entrada en mercados latinoamericanos.
Esta primera generación no sólo destacaba para Ford como un coche que se separaba por completo de su tendencia con los vehículos lujosos. Además, estaba presentado como un coche con un chasís de una sola pieza, algo totalmente inédito para la marca.
Con apenas 4.6 metros de largo, el tamaño era perfecto para ciudades que poco a poco incrementaban en tráfico y permitían cada vez menos espacio para los coches en ciudades en crecimiento precisamente como la Ciudad de México.
¿Pero cuál es Falcon y cuál es Ford 200? Mientras que Falcon sí se producía en México y se vendía bajo ese mismo nombre, se refería exclusivamente a las versiones de 6 cilindros con motores Mileage Maker. Mientras tanto, la insignia Ford 200 hacía referencia a la versión en México con un motor V8.
La versión con 2.4 litros (Falcon, por supuesto) producía alrededor de 95 caballos de potencia. La versión superior a esta ofrecía un motor 2.8 que incrementaba la potencia a 102 HP. Y además existía un modelo tope de gama llamado Ranchero de carrocería estilo pick up vendido principalmente en Estados Unidos.
Los cuerpos ofrecidos eran tres: una versión coupé de dos puertas, un convertible; y por supuesto la versión más popular en nuestro país, el sedán de 4 puertas. Cajas manuales de 3 o 4 relaciones y una oferta automática de 2 0 3 velocidades le daba al cliente muchas opciones para configurar un automóvil de entrada.
Ford 200 y Falcon evolucionaron a la par de las especificaciones técnicas en Estados Unidos para una segunda y tercera generación.
La segunda presentación de Falcon llegó en 1964 y fue particularmente popular dentro de la clientela mexicana debido a su atractiva estética. Ford además añade otra versión más llamada Sprint Package para darle al vehículo la suspensión del Ford Fairlane V8 e incrementando la potencia hasta un motor Windsor V8 que erogaba hasta 164 caballos de potencia.
Otra gran anécdota a considerar es que esta versión de Ford 200 contribuyó como base para el nacimiento del muscle car por excelencia de la marca: Ford Mustang. La producción de esta generación cesaría en 1965.
Finalmente, la tercera y última generación de este coche llegaría en 1966 basado nuevamente en la plataforma del Fairlane pero recortada. Se abandonó la carrocería estilo convertible y se adaptaron tecnologías como el calentador y cinturones de seguridad como estándar para todos los modelos. El modelo final de esta generación llegaría en 1970 ante la caída de ventas de modelos percibidos básicamente idénticos por la clientela.
Sin embargo, podemos decir que la popularidad del vehículo en sitios como Argentina y Australia se consolidó al grado de que Falcon no sería descontinuado allí hasta 1991 y 2016 respectivamente.
Un coche que contribuyó de enorme manera a poner a Ford de vuelta en el mapa y que también sirvió de inspiración para modelos de Maverick más adelante; sin duda merece un espacio para recordar una década tan intensa para nuestro país.
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