Es un extraño concepto que nace en una marca especializada en motos de agua y nieve
En el mercado existen muchas ofertas de vehículos para todos gustos y necesidades, al igual que en el mundo de las motocicletas donde el abanico podría asegurar que es más grande, pero que pasa cuando nada de lo anterior satisface nuestros caprichos, o simplemente queremos las sensaciones que nos puede brindar una moto, pero con la seguridad que un coche. Para todas esas personas existe el Spyder de Can-Am, que según la propia marca es una combinación de moto con auto convertible.
El Can-Am Spyder es un extraño concepto que nace en una marca especializada en motos de agua y nieve, de hecho de esta última es de donde se deriva, basta verla al Spyder y quitarle las llantas y sustituirlas por “orugas” de tracción, para que nos demos cuenta de este punto.
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Can-Am ofrece al mercado tres versiones con variantes cada una, RT, para viaje, RS deportiva y ST que fue la que probamos que es un punto intermedio entre ambas. Entrando en materia mecánica tenemos un motor Rotax bicilíndrico de 998 cc que genera 100 hp y un torque de 80 lb-pie, asociado a una caja semiautomática de 5 marchas + reversa. El peso de la unidad en seco es de 392 kg.
Algo que es importante en el apartado de los “fierros” es el chasis, que ofrece al frente una suspensión de doble trapecio con barra estabilizadora, con una puesta a punto que o pareciera de auto de competencia. Los frenos son integrales, es decir al presionar el pedal el sistema hidráulico repartirá la frenada entre las tres ruedas, funcionando además en conjunto con el control de tracción. Dichos sistemas de seguridad se suman a la dirección asistida y frenos ABS.
Es realmente imposible comparar al Spyder con cualquier otro vehículo, ya que tampoco se maneja como cuatrimoto, es algo único que deberían de experimentar y que trataré de transmitirles.
Al ver el Spyder llaman la atención las dimensiones del mismo ya que cuenta con una longitud total de 2,667 mm, y un ancho de 1.507 mm, mismas que le sitúan casi en el tamaño de un auto subcompacto, al subirnos causa mucha seguridad “tanta lámina/plástico” a nuestro alrededor, la altura del asiento es baja (83.8 cm) pero aquí el equilibrio no importa.
Contamos con control de crucero, radio FM, entradas auxiliares para dispositivos y sistema de navegación (opcional), dichos elementos son fácilmente controlados desde ambos lados del manubrio aunque algunos elementos no son tan ergonómicos y son los que más se usan como el claxon y direccionales. Justo frente al frente contamos con el parabrisas que nos hace olvidar del ruido y turbulencias en carretera.
Por si lo anterior fuera poco el Spyder ofrece algo que los motociclistas en ocasiones necesitamos y la mayoría de las motos normales no pueden ofrecer, y es el espacio de carga, en el caso del ST brinda un par de maletas laterales con llave de excelente capacidad y al frente justo abajo del juego de luces cuenta con una cajuela donde cabe un casco sin problemas.
Y bueno, que se siente todo lo anterior ya en la vida diaria; al encender el Spyder nos damos cuenta que estamos a ante una máquina grande con un sonido ronco, parecido a lo que genera BMW Motorrad, luego de eso engrané la primera velocidad con un sonido fuerte, pero es algo que está en cada marcha, la vuelta para salir de la agencia me recordó a los autos sin dirección asistida, dura pero no es algo de qué preocuparse realmente.
Al acelerar el tacómetro de inmediato llegó hasta las 8000 RPM, lo cual nos da una idea del torque que tiene, destinado al arranque. Los cambios de velocidad son muy sencillos ya que cuenta con un par de paletas del lado izquierdo, donde con el dedo índice subimos y el pulgar bajamos marchas. Cabe destacar que en cambios ascendentes debemos hacer el cambio y en descendente se hará en automático al desacelerar.
El manejo en ciudad es algo complejo y no por culpa del Spyder sino por nuestra calidad de calles, llenas de baches y topes hechos con ganas de destruir la parte baja de los coches, en el caso del Can-Am tiene apenas un altura sobre el suelo de 110 mm por lo que todo tope debe pasarse con cuidado. Además al ser ancho nos olvidamos de circular entre carriles por lo que seremos víctimas del tránsito pesado… pero con mucho estilo.
Al enfrentar al Spyder ST a la carretera nos dimos cuenta que es su medio ambiente ya que es muy estable gracias a los sistemas de seguridad incluso bajo lluvia ya que con todo y que cuenta con llantas planas (igual que un coche) no acuaplanea y la frenada es contundente a cualquier velocidad sin que la unidad se mueva nerviosa.
La velocidad máxima que alcanzamos fue de 160 km/hr y la turbulencia no existía, gracias al bajo peso de la unidad era muy rápido recuperarla velocidad de crucero mientras que el tanque de combustible de 25 litros fue suficiente para recorrer poco más de 200 km, con todo y que íbamos en la parte alta de las revoluciones.
Hace un momento comenté que el elemento del ST es la carretera al igual que el RT, ya que el manejo deportivo se encuentra limitado debido a lo intrusivo que puede ser el control de tracción, al dar una vuelta rápido la unidad puede frenar y si es una curva cerrada y tratamos de acelerar lo hará muy gradual. Esto en parte es bueno ya que nos ayuda a mantener siempre el control y sobre todo no confiarnos de la parte extrema del Spyder.
La parte extrema es la propia posición de manejo, el Spyder a diferencia de una moto no se puede inclinar y la suspensión no “muellea” ya que es firme, si nosotros vamos curveando el movimiento de inercia de la moto causa que literalmente nos avienta al lado contrario de la curva, aquí es donde los amantes de las emociones fuertes se divertirán con ese manejo tan físico.
De hecho hace unos meses tuve la oportunidad de manejar la versión RS en pista, y al acostumbrarme a mover el cuerpo para acompañar cada curva se hizo algo realmente emocionante, y más cuando una de las llantas delanteras se levantaba al atacar los lavaderos.
Sin duda cualquier versión del Spyder es segura para el viaje en pareja, donde un recorrido de muchos kilómetros apenas se sentirá, pero también puede convertirse en algo sumamente extremo en manejo deportivo, si bien no es nada barata (ronda los 300,000 pesos según versión) si es una excelente opción de aventura.