Huixquilucan, Estado de México, se convierte este fin de semana en sede del XXVIII Gran Concurso Internacional de la Elegancia, un evento que con el paso de los años se ha posicionado en el...
Huixquilucan, Estado de México, se convierte este fin de semana en sede del XXVIII Gran Concurso Internacional de Elegancia, un evento que con el paso de los años se ha posicionado en el gusto de fanáticos, clientes, entusiastas y conocedores porque, sin duda, en México somos amantes de los autos.
No hay a quien no nos mueva un buen Porsche de los sesenta, un Jaguar E-Type o qué decir de algún Corvette o Mustang clásico.
He vivido de cerca el Gran Concurso Internacional de Elegancia durante todos los años que se ha realizado y la constante es la admiración por quien ha podido preservar su automóvil, por quien este año sí lo pudo poner a punto para ser calificado y en, una de esas, ganar una presea. La verdad es que entre coleccionistas se reconocen y los reconocemos en sus participaciones. El hecho de pertenecer a un club de clásicos, manejar estos autos en grupo, verlos en tu garage e invertir tiempo, esfuerzo y dinero en ellos es un gusto que se muestra en concursos como éste.
Seguramente el Club Jaguar –que realmente fue el que dio los primeros pasos para hacer públicos sus ejemplares en esta reunión– no imaginó en lo que se transformaría este evento, en el que además de un ambiente especial y familiar, es posible ver reunidos anualmente a autos clásicos, nuevos y clubes del motor.
El mercado mexicano está constituido de consumidores con pasión, herederos de una industria automotriz de antaño de grandes nombres y hoy, de empresas que compiten el todo por el todo en nuestro país. No falte a la junta este fin de semana. El auto es cultura, su historia es sinónimo de progreso.