Consolidarse como un líder y partir en el momento de serlo es dejar en este mundo toda una obra que luce un gran talento y visión, y una añoranza por saber qué hubiera hecho,...
Consolidarse como un líder y partir en el momento de serlo es dejar en este mundo toda una obra que luce un gran talento y visión, y una añoranza por saber qué hubiera hecho. Los que hemos estado en la industria automotriz sabemos lo competitiva y estresante que puede ser, lo complicado que es ser exitoso y convencer a toda una organización –primero a nivel internacional, luego en el país–, a una red de distribuidores y finalmente ver por el cliente final.
Mazda llegó a México y de la mano de Leopoldo Orellana, un líder que creció, llegó a 200,000 unidades vendidas hace algunos días, construyó una planta de donde ahora se exportan gran cantidad de unidades, fundó una motivada red de distribuidores, construyó un fuerte equipo que vio en el Zoom Zoom su innegable inspiración gracias a lo acertado de sus acciones.
Polo, amigo, directivo, papá, jefe, competidor, etcétera… En toda plática su nombre causaba una sonrisa y admiración por lo que estaba realizando. En mi carrera dentro de la industria automotriz de más de 24 años, es la primera vez que pasa que un directivo como él, en funciones, dirigiendo, dando instrucciones y con objetivos claros, se nos adelanta en el camino.
Fueron muchas aventuras, mucho compartido, su gran poder para relacionarse con su alrededor esparciendo lo positivo de la vida y exigiendo lo que se debía para seguir adelante en equipo, eso es lo que hoy añoramos de él. Este año la tradicional posada Mazda no será igual, los eventos y declaraciones del Zoom-Zoom no serán las mismas, la última entrevista hoy sí fue la última entrevista, el último viaje…, pero su talento a todos nos hizo crecer, alimentarnos de una persona que llevaba una marca hacia el éxito. Aún lo recuerdo claramente en Lincoln y cómo me decía el arriesgue que era posicionar el Zoom-Zoom en México pero que debía hacerlo, que venían nuevos productos, etcétera. Es el financiero con más sentido de marketing, ventas y humano que conozco a la fecha.
Polo, gracias, compartimos muchas letras, varias entrevistas, vivencias únicas que hoy me hacen escribirte estas líneas, por que sabes… junto a ti cada vez que nos veíamos no me hacías sentir como “la prensa” sino como en familia. Descansa en paz, todos vamos en el camino y por algo te adelantaste.