Hoy un auto eléctrico está en mi garaje, una extensión en el garaje y muchos puntos de carga que encontré me permitieron cargarlo.
Hoy un auto eléctrico está en mi garaje, una armadora tuvo a bien prestármelo. Una extensión en el garaje y muchos puntos de carga que encontré en centros comerciales, tiendas, hoteles y públicos, me permitieron cargarlo. No gastar gasolina, no contaminar, contar con una tecnología de reconocimiento de carriles y un vehículo personal, de diseño excepcional, rápido, seguro y que básicamente no tiene diferencias contra uno de gasolina en un uso normal. Sorprende cómo salen sus manijas de puertas para abrirlas, su techo panorámico, su exactitud en el conteo de kilómetros restantes a circular y sus sistemas de seguridad. Es el I-Pace de Jaguar, así vendrán Porsche, BMW, Audi, y se seguirán a las marcas de volumen en digamos unos 36 meses, poco a poco avanzando estas tecnologías. Hoy tuve que conectarlo, sin embargo, en 60 meses, quizás ya tenga usted en su casa además de cargadores eléctricos por cada garaje que posea, un tapete que cargará por inducción, sí, como poner su celular a cargar en tapetes que no necesitan cables. En breve, también, la cantidad de energía de su auto sobrará para los trayectos que tenga planeados, para la que sobra habrá sistemas que puedan darle energía durante la noche a otros aparatos de su casa, imagíneselo, habrá que legislarlo, pero de que ya es posible tecnológicamente, lo es. Si bien, convivirá la propulsión de combustión y la eléctrica, todo lo nuevo que veo por el mundo de la movilidad, ya sea carga, pasaje, motocicletas, transporte público, bicicletas, patines del diablo, y hasta aviones, desarrolla sus versiones eléctricas… qué bueno que nos toca vivir este cambio tecnológico. Ya no es cuestión de precio por kilómetro sino de lo que llegará al mercado.