Parece ser que los problemas con Honda nunca terminarán para Fernando Alonso, ya que la marca japonesa volvió hacer de las suyas en la edición 101 de las 500 Millas de Indianápolis, debido a que...
Parece ser que los problemas con Honda nunca terminarán para Fernando Alonso, ya que la marca japonesa volvió hacer de las suyas en la edición 101 de las 500 Millas de Indianápolis, debido a que se rompió el motor a 21 vueltas de la meta.
El piloto español tuvo el mismo final que en cuatro de los cinco grandes premios que lleva este año en la Fórmula 1.
Alonso, a pesar de su lógica decepción, salió del coche saludando al público del Indianapolis Motor Speedway y mostrando el pulgar hacia arriba en señal de satisfacción por su actuación personal.
El asturiano ocupaba la cuarta plaza tras superar las primeras 100 vueltas al circuito, el ecuador de la carrera, solo por detrás del brasileño Helio Castroneves y los estadounidenses Ryan Hunter-Reay y Alexander Rossi, todos ellos campeones en alguna ocasión de esta carrera.
«Sí, solo me he dado cuenta en ese momento. Creo que merecíamos terminar la carrera, fuera en la posición que fuera», reconoció el español. «Todo el día ha sido una experiencia muy agradable desde el principio. Creo que el rendimiento ha sido bueno. Incluso he liderado la carrera en algunas vueltas. Ha sido una experiencia muy buena y estar entre los mejores en óvalos y ser competitivo», señalaba el piloto español.
El piloto de Fórmula 1 partió desde la quinta plaza, llegó a liderar la carrera tras las primeras 55 vueltas, momento en el que un espectacular accidente protagonizado por Scott Dixon, que vio cómo su monoplaza volaba por los aires tras chocar con Jay Howard, detuvo la competición.