¿Siempre quieres más?, ahora es híbrida: Kia Sportage

Ahora me tocó probar Kia Sportage, desde su presentación la versión que más me importaba manejar era la híbrida, por nueva, porque el segmento empieza a ser muy competitivo y porque, en realidad, todas parecen ofrecer lo mismo, pero sí hay diferencias sustanciales.

Empecemos diciendo que quien quiere unirse al segmento de SUV´s híbridas es porque está dispuesto a pagar por la alta gama de cada una de ellas, aunque exista la de gasolina, el gran atractivo es la placa verde que puede circular siempre aún con contingencias, pero ese lo ofrecen todas mientras puedan impulsar el vehículo de manera eléctrica, la diferencia empieza en el funcionamiento, manejo, interactividad y eficiencia.

En Kia, pensaron en la gama completa tanto a gasolina como híbrida, que francamente pienso que será la que más demanda tenga, ya que tiene un aire aventurero innegable. Le han llamado X-Line, con una segunda versión de mil pesos más por el color especial de vestiduras que podríamos decir combina a café siendo el nombre oficial “Terracota-Brown”.

Optimización. Con los modos de manejo, se agrega ese sentimiento de deportividad, que cambia la personalidad de eficiencia a desempeño.

Kia Sportage tiene un brío único

Cuando menciono la aceleración, es sin duda, una de las que al presionar el pedal se siente un brío único que es fruto de unir sus dos potencias: eléctrica e híbrida. El motor 1.6 litros turbo que le pusieron junto con el motor eléctrico son capaces de generar hasta 227 caballos de potencia, vea bien esta cifra cuando compare en el segmento y el torque es de 258 libras-pie, algo que se nota en toda subida, rebase, arranque.

Podría decir que es de las más poderosas en sentimiento al pedal que he probado. La caja de seis velocidades automática se habla perfecto con el motor y es tracción delantera, dejándole ser eficiente y de gran manejo. Es tal la eficiencia que puede obtener los 20 kilómetro por litro. Los modos de manejo en Kia, puestos en el volante, le agregan ese sentimiento de deportividad, que cambia la personalidad de manejo de eficiencia a desempeño, desde Eco, pasando por Smart y Sport.

Comodidad. La tecnología en el habitáculo, así como los acabados interiores demuestran la superioridad del SUV.

La X-Line o híbrida no le dejará pasar inadvertido ya que por fuera suma una parrilla que le da mucha más fortaleza visual, un traje más aventurero al que se le suman los rieles en el techo y los logos en color negro.

En el interior la tecnología es total, con una pantalla dual de 12.3 pulgadas, panorámica abarcando conductor y consola central, conectividad total y una suite de ayudas a la conducción, de las más amplias en KIA y en el mercado, como los asistentes de atención del conductor, ascenso y descenso de pendientes, estabilidad de remolque, evasión de colisión frontal, luces altas, prevención de colisión en reversa, mantenimiento y seguimiento de carril. No olvidar la comodidad que nos brinda con asientos calefactables, cámaras que se activan con las direccionales en tablero, así como la de reversa de visión de 360 grados y un gran techo panorámico.

Eficiencia. Al combinar un motor eléctrico y uno de combustión, se pueden recorrer 20 kilómetros por litro de combustible.

Sportage está mejor que nunca, y es de las pioneras en versiones híbridas, el gran sistema ha probado su confiabilidad, gran eficiencia e ingeniería por todo el mundo, y en el segmento de los 880 mil 900 pesos, es una oferta que debe estudiarse en cantidad de tecnología de tren motor y conectividad con el usuario.

Varios quieren híbridas, pero pocos las pueden tener y contar con inventarios; Kia se mete a la pelea con la otra coreana, así como con japonesas y las de recién ingreso. Sin duda, será de las mejor vendidas aun cuando su precio por su cantidad de equipo puede ser un poco más alta.

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