Los conductores profesionales tienen una de las profesiones más arriesgadas del mundo. Esto se refleja en la gran cantidad de circuitos alrededor del mundo que han cobrado vidas de pilotos tanto amateurs como profesionales. Virginia International Raceway, Circuit de la Sarthe, Spa Francorchamps, Suzuka, Isle of Man; hay muchísimos. Sin embargo, hay uno que destaca por encima de todos. Una pista diseñada para sacar lo mejor de sus conductores: Nürburgring.
Este circuito de 20 kilómetros diseñado por Gustav Eichler es un sinónimo del deporte motor. Con su costo de 146 millones de dólares, es la pista profesional más larga y posiblemente la más conocida del mundo. Sin embargo, podría decirse que parte de su fama es su naturaleza imperdonable. Te presentamos 6 razones que corroboran que este monstruo es considerado uno de los más peligrosos del mundo.
El circuito de Nürburgring, en concreto el área norte y más extensa conocida como Nordschleife, tiene alrededor de 170 curvas en total. De esas 170, aproximadamente 150 son ciegas. ¿Esto qué quiere decir?
Significa que las curvas dentro del circuito tienen un apex muy extenso. Una vez que el conductor entra en la vuelta, la curva puede extenderse de manera sorpresiva. Hay muchos ejemplos de pilotos que sueltan los frenos antes de que acabe la curva, pensando que la recta viene pronto. Y esta pésima decisión sólo puede tener un resultado: tu coche termina estampado en la barrera.
Como ya lo habíamos mencionado, el Nürburgring es el circuito profesional más extenso del mundo. Esto representa una dificultad adicional para el conductor porque está obligado a enfrentarse a nuevo terreno constantemente. Mientras que otros circuitos más pequeños permiten más vueltas para familiarizarse con el terreno, este circuito demanda tu enfoque total.
Apodado por el propio Sir Jackie Stewart como “El Infierno Verde” después de ganar en un campeonato de Formula 1, esta pista obtuvo su nombre al estar rodeada casi por completo de árboles que no permiten al conductor ver más allá de la pista. Por lo tanto, el circuito puede parecer un laberinto. La gran mayoría del recorrido se ve exactamente igual al estar rodeado de árboles. No hay muchos puntos de referencia, prestando fácilmente a la confusión. Si llegaras a pensar que una curva en realidad es una recta… sólo habrá que esperar que la ambulancia esté cerca.
Notarás que en la mayoría de las pistas profesionales hay campos extensos y campos de arena diseñados para ayudar a frenar a los vehículos que se salen de control. No el Nürburgring. Para la mayoría del circuito, los pilotos tendrán poco más de un metro adicional para maniobrar en caso de salir del asfalto.
La falta de espacio también desemboca en una segunda problemática: las carambolas. En la competencia de Endurance de 24 horas del Nürburgring han habido muchos ejemplos de ello. Cuando un vehículo choca en estos espacios ultra angostos, el resto de los conductores encuentra muy difícil esquivar el accidente. Un pequeño desliz de un conductor puede terminar en un choque involucrando hasta 10 vehículos en el peor de los casos.
Nürburgring además presenta cambios de elevación constantes a lo largo de sus 20 kilómetros. Es normal ver vehículos dar saltos enormes y perder el control al caer sobre todo si llegan a una velocidad muy elevada.
Para que se den una idea: entre el punto de altura más alto al más bajo en el circuito, ¡hay una diferencia de 300 metros! Lo más impresionante de todo es que muchas veces ese cambio no es gradual. Si no eres experimentado en la pista, estos cambios de altura fácilmente te pueden sacar una que otra sorpresita.
Así es. Los pilotos más atrevidos y rápidos del mundo optaron por abandonar este circuito por su peligrosidad. Además del famoso apodo de Sir Jackie Stewart, en el año de 1971, los conductores de F1 demandaron cambios a la pista por su extrema naturaleza.
A pesar de que los dueños del circuito hicieron caso y modernizaron la pista, fue 1976 el año donde Formula 1 se retiró del Infierno Verde debido al increíble accidente de Niki Lauda. La F1 no regresaría hasta 1984 donde Alain Prost se consagraría campeón con McLaren.
Nürburgring se utiliza actualmente por fabricantes alrededor del mundo para probar sus modelos ultra deportivos. Esto se debe a que el circuito, al ser tan extenso, está repleto de casi cualquier posibilidad de escenarios al que un coche deportivo pudiese estar sometido.
Deslices laterales, curvas pronunciadas, rectas que presentan descontrol, terrenos angulados. Esta variabilidad y rudeza le permite exprimir lo más que se pueda a sus modelos para asegurar que se encuentran listos en cuestión de seguridad y confiabilidad para ser adquiridos por los clientes.
Sin duda alguna, esta pista debería de estar en los sitios más altos en cuanto a exigencia y dificultad. Por si fuera poco, el circuito se encuentra abierto a miembros del público general a pesar de su fama de crea-viudas. Esa conversación será para otra ocasión pero a final de cuentas, hay una cosa con la que quiero que se queden:
Al Nürburgring se le respeta.
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