Con el lanzamiento de su versión modernizada en 2020, Land Rover Defender se ha convertido en una de las insignias de la marca británica gracias a un icónico diseño y un seguimiento de culto que se extiende a nivel mundial.
La tracción a las cuatro ruedas así como un increíble aguante a condiciones extremas, la verdad no me sorprende que al día de hoy se continúe produciendo en su versión original en algunos países en desarrollo. ¿Pero cuál fue su camino a lo largo de sus más de setenta años de historia?
Nuestro #ViernesVintage podríamos decir que comienza en 1948 con la primera versión que inspiraría a Land Rover Defender: la Serie I. Partiendo de Jeep Willys y CJ, el Reino Unido estaba enfocado en crear su propia versión de un utilitario digno de ofrecer en la etapa post guerra.
Debido a la escasez del acero por todo el armamento fabricado en la Segunda Guerra Mundial, Land Rover partió con un chasís de escalera y un cuerpo enteramente hecho en aleación de aluminio para su Serie I. Con diversas configuraciones y elementos de alta personalización, el éxito fue inmediato.
Esto llevó a la introducción de la Serie II en 1958, preservando su diseño exterior cuadrado pero con una longitud mayor del cuerpo. Esta generación destacaría primordialmente por una nueva configuración de puertas y la adición de espejos laterales para mayor seguridad.
Finalmente, la tercera iteración, la Serie III llegaría en 1971 y con cambios estéticos notables sobre todo en la parte frontal. Además, Land Rover añadiría sincronizadores a la transmisión manual para eficiencia así como el primer motor V8 en un vehículo como éste. Sin duda, el vehículo iba progresando.
Después de éxito en mercados tanto locales como internacionales, el antecedente de Land Rover Defender pasó a adaptar una nueva designación: Land Rover 90 y 110.
Surgiendo en 1983, 90 y 110 hacían referencia a la longitud de la distancia entre ejes. Curiosamente, existen pocas pistas en cuanto a estética para separar a esta nueva generación de la Serie III. Sin embargo, los cambios sin duda existían.
Un cofre extendido, una parrilla rediseñada, un sistema permanente de 4×4, resortes helicoidales para mejorar el confort y un diseño modernizado fueron los principales cambios con el objetivo de modernizar el vehículo. De manera similar a Cherokee o Wagoneer, practicidad se volvió sinónimo del coche.
Otra cosa que también evolucionó fue la motorización, más diversa que nunca, empezando con opciones de petróleo y diesel de 4 cilindros hasta un Rover V8 de 3.5 litros. Cajas manuales de 4 o 5 relaciones hasta la eventual inclusión de una automática, le permitía a los clientes adaptarse lo mejor posible.
Es interesantísimo saber que a pesar de todos estos esfuerzos, sorprendentemente estas versiones sufrieron en cuanto a ventas. Debido a la asociación de la marca a British Leyland y opciones como Nissan Patrol y Toyota Landcruiser, el vehículo sufría en cuanto a popularidad. Fue así que Land Rover decidió eventualmente darle una nueva vida a su histórico representante.
Oficialmente, Land Rover Defender nace en el año de 1990. Gracias a la inclusión de Discovery al catálogo de la firma británica, fue la decisión corporativa de cambiarle el nombre a la camioneta a Defender para una fácil distinción.
El motor inspirado en Discovery hizo a Defender destacar por manejarse cómodamente incluso a altas velocidades sin perder una muy buena economía de combustible. Los motores de 4 y 6 cilindros fueron las ofertas más populares pero el V8 hecho por Jaguar supercargado también existió en el catálogo.
Con esta adición al catalogo, Defender regresó de golpe a ser uno de los modelos más populares de Land Rover. Con cuerpos desde una pick up de 2 puertas hasta el 4X4 de cinco, las variantes para los clientes era inmensa.
A tal grado incluso que gracias a su fiabilidad, muchos gobiernos extranjeros utilizaron Defender como vehículo para la policía, los bomberos e incluso ambulancias.
El éxito, como dijimos antes, permaneció. Sin embargo, la necesidad de pensar en un reemplazo total llegó en 2015 gracias a nuevos cambios en las regulaciones NCAP de seguridad en Europa. Después de todo, la forma cuadrada típica de Defender y su cuerpo metálico no ofrecía exactamente un buen pronóstico en un choque directo con un transeúnte.
Con ello, Land Rover trabajó en la primera presentación de un nuevo rostro; el vehículo concepto llamado DC100 con un diseño totalmente modernizado y un motor 2.0 litros súpercargado. Con ello, llegaría eventualmente a 2020 la nueva iteración de Defender que al día de hoy es una de las caras más reconocibles dentro de la gama Land Rover.
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