Al día de hoy, BMW no se puede entender sin su división M. Esta subsidiaria forma parte de la firma alemana desde 1972. Desde entonces, se ha dedicado a fabricar los coches más emocionantes dentro de la marca. Para celebrar una de los programas deportivos más conocidos a nivel mundial, hoy repasaremos la historia del emblema así como lo que realmente significa tener un coche con esta designación.
BMW M se estableció originalmente en 1972 con apenas 35 empleados. Después del éxito de vehículos como el BMW 3.0 CSL tanto en el mercado de entusiastas como en competiciones, la firma teutona había detectado una creciente demanda por coches de alto desempeño. Para 1988, el número empleados crecería a 400 y se convertiría en parte fundamental de la marca.
Así fue como un experimento se reveló el primer vehículo M de la historia, el M1, revelado en el Auto Show de Paris en 1978. Este automóvil estaba enfocado principalmente como vehículo de pista mucho antes que para un uso diario. Ante la desventaja que esto presentaba, la división cambió de objetivo en 1979 al introducir el M535i, una versión súper potente del sedán súper práctico de la serie 5 de la marca. Contaba con 215 caballos de potencia con un motor 3.5 litros y asientos Recaro.
Posiblemente el año más crucial en la historia de esta división fue en 1986 con el lanzamiento del E30 M3. Este fue el primer M3 producido con 197 HP de su 2.3 litros de 4 cilindros. Más adelante los números se elevarían en cuanto a potencia y permitiría a la marca distinguir sus modelos más rápidos con el emblema de la M.
A partir de este suceso, la división BMW M comenzó a trabajar exclusivamente en versiones más deportivas dentro de su gama. Para 1993, cambiaría su nombre a BMW M GmbH con el que pasaría a explorar nuevos terrenos.
Desde entonces, esta división ha proporcionado versiones modificadas de casi todos los modelos de la firma. La filosofía principal por la que destaca de otras casas de tuneo es que la marca se enfoca en agilidad lateral en sus modelos.
Un coche que porta el emblema M debe ser no solamente responsivo no solo en cuanto a aceleración sino también al momento de girar el volante. Esto explica el por qué la división no utilizó supercargadores ni turbos sino hasta 2010 en su esfuerzo por encontrar ese perfecto balance.
Para distinguir a un vehículo BMW M, lo típico que vas a encontrar son los mejores motores que podrás encontrar de la marca. Anteriormente, los motores de la división M eran naturalmente aspirados y de alta revolución para evitar utilizar turbocargadores.
Sin embargo, debido a las legislaciones que llegaron con el nuevo siglo, los motores han evolucionado a reducir su tamaño pero manteniendo los caballos de potencia y el torque en cifras altas con la inclusión de motores supercargados.
Encontrarás en los vehículos un emblema con la letra M, típicamente en la parte trasera para identificarlos. Además de la oferta “M Sport” en la línea tendrás acceso al “Sports Package” por costo adicional para obtener una suspensión más deportiva, volante de competencia, asientos deportivos y llantas con rines especiales.
Además, existe la introducción de la categoría M Performance que sirve para distinguir a los coches de tipo diesel pero con el tuning de BMW M. Estos coches preservan las ventajas de un motor diesel pero sin sacrificar el desempeño que buscas de un coche 100% deportivo.
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