Su nombre es tan grande como su leyenda, y a pesar de que apenas ha cumplido 50 años, ha despertado más emociones que ningún otro automóvil norteamericano
Su nombre es tan grande como su leyenda, y a pesar de que apenas ha cumplido 50 años, ha despertado más emociones –quizá– que ningún otro automóvil norteamericano, ha sido inspiración para canciones, películas y es sinónimo de la industria estadounidense. Su nombre es Mustang, y fue presentado en 1965, justo cuando el país vecino necesitaba un auto lleno de adrenalina, diseño y prestaciones que pudieran competir con los superautos europeos.
Sin duda el Mustang es igualmente admirado en todo el planeta, equiparándose con las armadoras de más amplio renombre, pero en el caso de Europa impacta aún más ver uno de estos ponys descapotables que algún automotor teutón.
Pero hablemos de su historia, que comenzó con las versiones coupé y descapotable, incorporando motores de seis y ocho cilindros en posición «V» de aspiración natural, mudando de generaciones para completar cinco.
Denomidado Pony Car, el coupé cuenta con un capó sumamente largo y una corta parte trasera, mientras que hasta la quinta generación presentó un eje trasero rígido, por lo que su manejo es sumamente divertido, pero poco efectivo en trazados curvos. Asimismo, el Mustang detonó el origen de una nueva generación de automotores, que después serían conocidos como «muscle cars», no obstante la categoría del Mustang es considerada de menores dimensiones, aunque siempre se ha caracterizado por equiparse con motores de amplia cilindrada.
Sus principales rivales han sido producidos por General Motors (Camaro), Dodge (Challenger), Chrysler (Barracuda) y el Javelin AMC, no obstante, su condición estética le ha dado amplios brillos y un valor elevado para ser parte del «must have» del coleccionista.
Primera Generación:
El origen comenzó previo a los años setenta, cuando los europeos no contaban con enormes bloques y velocidad tope, siendo los automóviles estadounidenses más pesados y menos dinámicos, pero sumamente atractivos. Cuando Ford presentaba el Thunderbird como tipo roadster europeo y Corvette ya comenzaba su andar y legitimidad como el superauto norteamericano, los ingenieros de la marca del óvalo se sentaron a diseñar un sustituto del T-Bird, por lo que durante años trabajaron en las especificaciones de este proyecto que debería ser ligero, potente e inspirado en los deportivos europeos.
La apuesta era desarrollar un potente auto capaz de llegar a las pistas de un circuito profesional, por lo que se contrató a Carroll Shelby, quien diseñaba sus propios autos y los nombraba «Cobra». Producto de ello fue el Mustang de 1965 con carrocería fastback, que además incorporó el legendario Shelby GT350, que ganaría en el circuito de Green Valley Texas, pero además derivaría en la presentación del Shelby GT500 de 1966.
De la primera generación comprendida entre el 64 y el 73, se rompieron todos los récords de ventas, mientras que las potencias superaban los 250 caballos para un motor de ocho cilindros, que crearía grandes seguidores debido a lo ronco de su sonido. El más poderoso de estos Ponys, recibía un motor Cleveland de 350 caballos, mientras que a finales del 73 se daría paso a la segunda generación.
Segunda Generación:
El Mustang II estaría basado en el Ford Pinto, que utilizaría motores de 4, 6 y 8 cilindros, sin embargo los interiores recibirían más atención. En 1976 aparece el Cobra II, con el propósito de recordar la fama de los Mustangs Shelby. Un año después, Ford, en un intento de atraer a los fanáticos del convertible, ofrece un nuevo paquete de coches deportivos de cuatro velocidades y transmisión manual. El nuevo modelo King Cobra es el primer Mustang en usar la insignia 5.0, esto en el 78. Justo en esta década, los consumos eran una barbaridad en combustible, por ello se comenzó a utilizar nuevos materiales a fin de reducir el peso. Justo en esta época, el MII fue uno de los principales procuradores de la leyenda, siendo uno de los más vendidos pese a las crisis que se enfrentaban en Norteamérica.
Tercera Generación:
Tras permanecer sin cambios drásticos durante 15 años, de 1979 hasta el 93 se utilizaría prácticamente una misma plataforma, que iba a ser golpeada por las crisis del petróleo. Por lo que la potencia vino hacia abajo llegando apenas a los 140, 175 y la era de la inyección electrónica para 1986. Asimismo, la suspensión delantera tipo McPherson ayudaba a un mejor control, mientras que la parte trasera recibía muelles por resortes y el peso bajaría considerablemente. Asimismo, los convertibles desaparecieron hasta 1983, durando diez años sin poder recibir un descapotable. Previo a los 25 años de Mustang, el V8 de 5.0 litros ahora produce 225 caballos de fuerza. Para lograr esto, incorpora cambios sustanciales en el motor como el roller-cam y cabezas que permitían un mejor flujo de la admisión y el escape, pero fue el recientemente creado SVT el más potente y el último de la tercera generación.
Cuarta Generación:
Ya con un tipo de diseño mucho más cercano a lo que podemos mirar hoy en día, a partir de 1994 se utilizó una apariencia aerodinámica y un motor de 5 litros con 215 caballos, mismos que hoy no espantan a nadie, pero que en esta época cumplía con el trabajo, hasta ser reemplazado por el 4.6 de construcción modular y levas a la cabeza. Para el 96 la potencia subiría a 305 caballos para la versión GT, mientras que el Cobra daba mejores dividendos gracias a una suspensión trasera independiente, primera en ser incorporada a Mustang. Finalmente hablamos que un motor desarrollado por Eaton para el SVT entregaba 390 caballos, siendo el 2004 la última generación de este bólido.
Quinta generación:
Bienvenido el aire vintage, que nos puso a soñar en aquel 2005, utilizando un motor V6 de 4 litros para 202 caballos y luego un V8 de 4.6 litros con entrega de 300 hp, mismo que acelera con fuerza de 0-100 en tan solo 5.2 segundos, gracias a la transmisión manual. Asimismo, el Shelby fue puesto en producción con un V8 con supercompresor de 5.4 litros para la entrega de 500 caballos, llegando a la cifra que requería el GT500 y reviviendo a la leyenda gracias a una aceleración en 4.5 segundos y una velocidad máxima limitada de 250 kilómetros por hora.
Esta misma generación sufrió algunos cambios, bajo considerablemente el peso y entregó nuevos motores de 6 cilindros en V para 305 caballos y V8 para 412 HP, potencia acoplada a una caja de 6 relaciones.
Sexta generación:
La que está siendo manejada por Mario Rossi en estos momentos y que todavía no llega a México, sino hasta a finales de año. La diferencia principal reside en un Mustang más ancho y bajo, mucho más dinámico y que además presenta una concepción más global y menos estadounidense. Sus motores son el EcoBoost de 2.3 litros para 309 caballos y 407 Nm, y los conocidos Coyote V6 y V8 normalmente aspirados pero con mejoras de prestaciones. La caja es manual de seis relaciones y el diferencial autoblocante ayuda al control de un auto con tanta fuerza en las ruedas traseras. Asimismo, la suspensión ya es multibrazo independiente en las ruedas traseras, modificando el eje rígido anterior. Asimismo, las rótulas, severamente castigadas a consecuencia del peso, reciben una ayuda interior y dos tirantes tubulares que las anclan al chasis, mientras que sus frenos Brembo utilizarán cuatro y seis pistones dependiendo de los cilindros.