Pocas ocasiones se tiene el lujo y placer de presenciar un evento tan lleno de velocidad y tan cargado de adrenalina pura
Pocas ocasiones se tiene el lujo y placer de presenciar un evento tan lleno de velocidad y tan cargado de adrenalina pura, y es que de esto estamos hechos los hombres, quienes –generalmente– nos apasionamos con la industria automotriz a más no poder, y buscamos en el fondo del acelerador las respuestas a nuestras preguntas rutinarias.
Por fin es viernes y tenemos el privilegio de poder subirnos a estos bólidos alemanes, que gozan de la mejor tecnología al servicio del dinamismo, por lo que cabe aclarar que Mercedes-Benz no es solo lujo y personalidad corporativa, sino emociones al límite que parten de su herencia de producto, siendo Le Mans parte de su virtuosa historia, y hoy la Fórmula 1, pues encabezan el Campeonato de Pilotos y de Constructores, así es Mercedes-Benz, son las flechas plateadas.
La junta automotriz nos invita a subir a la más selecta lista de vehículos del tipo AMG, y a los SLK de altísimas prestaciones: C 63 AMG 507 Coupé, C 250 CGI Coupé, E 250 CGI Coupé, CLS 63 Shooting Brake, CLS 63 AMG Biturbo, SLK 350 y SLK 200 CGI y, finalmente la cereza del pastel, SL 63 AMG.
Sin duda previo a dicha prueba, y al recibir los consejos de manejo por parte del equipo que nos estuvo «cuidando» y «guiando» para ejecutar de manera responsable cada uno de los ejercicios, el corazón se nos aceleró cuando recibimos la noticia de que estaríamos probando estos bólidos, realmente los purasangre de Mercedes, pero mi sorpresa la daría el C 250, cuya frenada y aceleración es mucho más de lo que necesitas para un tránsito citadino, no por nada es éste uno de los modelos más vendidos en Europa, y se posesiona como el que más factura a nivel mundial.
Asimismo, cuando miramos una vagoneta superior a 5 metros de longitud, la pregunta «¿A quién se le olvidó?» cuando te encuentras en pruebas de pista surge de inmediato, así como la respuesta, que llega en la misma proporción en cuanto pruebas la aceleración brutal de sus más de 550 caballos de potencia, obtenidos de un bloque 6.3 cilindros, es decir, sí pesa, pero se mueve como si, no: frena, curvea y levanta cual si fuera «una barita de nardo», pero se escucha mucho mejor gracias a esos 8 cilindros biturbo en posición V, los que te llevarán hasta el cielo si así lo decides.
Pudimos también subirnos al AMG 507 Coupé que parece escupir fuego, sus 507 son derivados del poder que entrega, y bueno, es un AMG por lo que habrá que mencionar que sus enormes neumáticos y frenos harán el trabajo tanto en pista como fuera de ella. Al interior el lujo característico de Mercedes no se pierde, pero muta a encontrar detalles deportivos en cuero y gamuzas, así como fibra de carbón en los tableros.
Así también, el SL 63 AMG es extraordinario, fue la cereza al pastel y un manejo sumamente dinámico, fiero, pero sin perder jamás el control, todo ello por las ayudas que encuentras en ingeniería. Permite una diversión y performance de piloto profesional sin serlo, y jugarás con el durante día y noche sin interrupción debido a la gran resistencia mecánica que exhibe. Su motor 6.3 litros no se cansa de empujar, su biturbo jamás cesará de rugir y sus frenos te pararán en seco cuando pienses que has perdido el control.
Toda la gama es deportiva sin importar el lujo que se encuentre al interior, podrás salir a carretera o pista y llevar al auto hasta donde encuentres tu límite como piloto, y el de velocidad de acuerdo a tu jurisdicción. Sí, son #DreamCars, experiencias que Mercedes-Benz destina a su selecta clientela para conseguir con ello una mucho mayor conciencia al volante, ayudándote con consejos prácticos sobre qué hacer y qué no hacer en caso de accidente o imprevisto.