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Por Mario Rossi
Siempre escribir de un auto que destaca por un buen espacio interior, equipamiento correcto y tren motor que cumple perfectamente las especificaciones que el propio fabricante señala, es sinónimo de recomendar el vehículo a cualquier persona que nos pregunte por él. Y este es el caso del Mazda2 que tuvimos a evaluación.
La puesta a punto
Se trata de la versión Sport pero con la característica de tener ahora, transmisión automática. Y mire que en la redacción somos fanáticos de los autos “de pedales” (manuales) pero en esta ocasión nos ha sorprendido enormemente que el motor de cuatro cilindros de 1.5 litros y 102 caballos, se uniera a una transmisión automática de cuatro velocidades. Ambas mecánicas hacen el mejor esfuerzo por permitir al conductor tener en todo momento una respuesta muy ágil, además de un extraordinario consumo contenido de combustible (en nuestro manejo mostró un gasto de 14.3 km/l en ciudad) lo que habla de la buena puesta a punto por parte de los ingenieros nipones.
El día a día
La suspensión, frenos y dirección se encuentran enfocados a brindar un manejo confortable en ciudad, pero en carretera, la sensación no es menor, e incluso en algunos casos, el auto pudiera sentirse más rápido de lo que quizá este pensado, detalle que nos sorprendió.
Para pasar esas horas en tráfico y disfrutar de “dos pedales” el Mazda2 tiene aire acondicionado, espejos, seguros y vidrios eléctricos, Sistema Bluetooth (manos libres) y lleva bolsas de aire frontales, frenos con sistema Anti-bloqueo (ABS) y Distribución Electrónica de Fuerza de Frenado (EBD). Lo invitamos a que lo conozca en la agencia más cercana y vea porqué cada Mazda lleva la genética del Zoom-Zoom.