Lincoln MKZ clase, tecnología y manejo confortable

El MKZ 2013 cambia totalmente con respecto al Zephyr y pasada generación del modelo, apostando por un diseño sobrio, manejo suave y de gran respuesta, además de un interior que destaca por sus elementos “touch” en el tablero.

En el año 2005 Ford comenzó a producir en su planta de ensamble y estampado de Hermosillo, Sonora el Fusion y su gama de lujo Lincoln que comenzó llamándose Zephyr, dicho modelo cambio a MKZ y sufrió un par de actualizaciones entre el 2007 y 2010.

A finales del año pasado llegó la nueva generación al mercado como año modelo 2013, con un diseño totalmente renovado formas que son definidas según sus creadores como “simplicidad elegante”, además de lo anterior también cuenta con un tablero touch donde la mayoría de los elementos nos remiten a las tabletas electrónicas un punto que al principio es extraño de acostumbrarse para luego ser divertido, tal y como fue la transición de los teléfonos con teclas a los actuales.

Para nuestro mercado se comercializan dos tipos de motor, un 2.0 litros Ecoboost turbo de 240 hp y un 3.7 litros V6 de 300 hp siendo este ultimo el que probamos. La primera impresión que causa el Lincoln es lo que busca la marca, impactante y elegante, basta con ver la parte frontal con la parrilla que integra los faros mientras que la parte baja alberga las luces para niebla en una segunda parrilla. El cofre cuenta con líneas de diseño que le dan un mayor volumen a la vista.

La parte trasera puede causar polémica al verlo ya que puede o no gustarte mucho la tapa de cajuela que incorpora una especia de alerón, mientras que abajo la forma abultada contrasta con la moldura en tono mate que deja ver el par de escapes rectangulares.

Al entrar al habitáculo nos encontramos con un diseño minimalista que da un toque elegante, aunque algunos elementos contrastan como los pedales que son muy genéricos. La calidad de los materiales es buena al tacto y a la vista pero nos dan la sensación de que podrían ser mejores, tomando en cuenta el nivel y enfoque que tiene Lincoln. Al centro destaca en primero lugar los botones que sustituyen a la palanca de velocidades y donde también está el encendido del auto, justo a un lado encontramos la pantalla táctil y en la parte baja los elementos de aire acondicionado que también son touch.

En cuanto al manejo, puedo decir a su favor que es sumamente confortable, el trabajo de la suspensión absorbe prácticamente todos los baches del camino, aunque la distancia entre ejes y altura de la unidad hacen que sufra en los topes altos que tendremos que pasar con mucho cuidado.

En el manejo diario el MKZ responde bien, con todo y el peso de 1,648 kg, el sonido del motor es agradable y potente al acelerar pero si ser molesto luego de un rato, a todo lo anterior se le puede sumar una caja de cambios suave, sí, esa caja que está representada por botones en el tablero, algo extraño pero a lo que te puedes acostumbrar y se ve diferente con respecto a la competencia.

La parte que no es tan buena es el manejo dinámico, incluso en el modo Sport donde la puesta a punto de la suspensión juega en su contra ya que al curvear tiene muchos movimientos laterales (lanchea), lo cual se magnifica cuando por alguna circunstancia debemos frenar fuerte en curva ya que pierde la parte trasera muy fácil, en la frenada también tienen problema ya que el peso hace que tenga tendencia a irse de frente.

Lo anterior puede sonar malo, y bueno de hecho lo es, ya que su acérrimo rival el Cadillac ha logrado un excelente equilibrio entre comodidad, lujo y dinamismo de manejo, pero si lo que estás buscando es un vehículo que llame la atención con tintes ejecutivos el MKZ es gran opción, pero no intentes ser rápido con él.

3.7L V6 Ti-VCT
Potencia: 300hp
Torque: (libras – pie @ rpm) 277 lb-ft @ 4,500 RPM
Transmisión: Automática 6 vel. Con SelectShift

Lincoln MKZ Elite
$496,800
Lincoln MKZ High
$536,800
Lincoln MKZ Reserve
$616,800
Lincoln MKZ Reserve
Paquete Tecnología
$641,800

ESCRITO PORRicardo Silverio

Cuenta cuentos profesional, con un especial gusto por la velocidad, y una calma innata por vivir mientras el mundo gira a prisa. De gustos extremos nacidos en el ciclismo y luego evolucionados al mundo motorizado. Aquel que puede pasar horas viajando en una carretera o un instante en las pistas de competencia, aunque viviendo, volando y dejando todo problema en el camino en mi motocicleta. De gustos particulares y enemigo de los autos aburridos que no transmitan sensaciones de manejo.