A principios del presente año Honda presentó su opción híbrida para el mercado mexicano, el cual desde su lanzamiento llamó la atención y no por la tecnología que incorporaba, sino por el diseño que podría ser una combinación entre Insight y las versiones europeas del Civic R, pero con un tamaño contenido y un estilo deportivo que sin duda no deja indiferente a nadie.
La parte frontal nos evoca a un auto de altas prestaciones con esa parrilla negra que ocupa gran parte de la fascia y acentuada por las tomas laterales que albergan los faros para niebla, la caída del cofre además de brindar una mejora aerodinámica nos da mejor vista. Los faros complementan el sencillo diseño e incorporan una tira de luces LED diurnas que ya se han convertido en una constante de la industria.
La parte trasera es la causante de tanta polémica y de hecho puede ser lo que decida el comprar o no el CR-Z, es una forma muy extrema para lo que estamos acostumbrados. El auto nos brinda una vista de hot hatch con una tapa de cajuela angular con gran espacio de vidrio, mientras que la parte baja cuenta con un sencillo difusor.
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Pasando al apartado de la sensación de manejo tenemos que comenzar con el habitáculo que es futurista y nos hace sentir como en una nave espacial, con los colores llamativos que Honda ha utilizado principalmente en el Civic para los indicadores del tablero. El CR-Z cuenta con una posición de manejo baja.
Será sólo un corto tiempo para que nos acostumbremos a todos los botones del tablero, como los modos de manejo y control de tracción a la izquierda y aire acondicionado y calefacción a la derecha muy juntos al volante, además claro de los controles en el mismo para el audio y Bluetooth, lo cual nos da la sensación de tener todo bajo control rápidamente.
Al momento de manejarlo nos causa sensaciones encontradas ya que la apariencia es de un deportivo al igual que la posición de manejo que es baja, pero es un híbrido que busca ser amigable con el medio ambiente. El CR-Z cuenta con un motor de gasolina 1.5 litros de 117 hp con un par motor de 106 lb/pie, y una ayuda eléctrica de 20 hp con 57 lb/pie que al combinarse dan un máximo de 133 hp y 125 lb/pie. Lo anterior está acoplado a una caja de cambios continuamente variable CVT.
Los modos de manejo que ofrece el CR-Z son el ECON, que es ideal para el tránsito pesado de la ciudad ya que la aceleración es lenta, privilegiando el ahorro de combustible y maximizando la desaceleración y frenada para alimentar y cargar las baterías de iones de litio, además en este modo se optimiza el aire acondicionado y la dirección se hace más suave.
Como su nombre lo indica el modo Normal nos ofrece un manejo ideal para una velocidad crucero citadina, pero con una aceleración que se siente mejor, aunque aquí el motor térmico se ayuda más del eléctrico. En el caso del modo Sport la aceleración se apoya del par motor del eléctrico, además en este modo si tenemos más de la mitad de la batería llena podremos presionar el botón en el volante que dice S+ y nos regala por unos segundos más potencia.
El manejo es realmente divertido y sensitivo, la dirección es muy precisa y el chasis se siente muy estable y cómodo, la caja de cambios CVT como sabemos no es precisamente emocional pero ayuda mucho que tenga paletas de cambios detrás del volante para emular las marchas. Por todo lo anterior deja con las ganas de una versión de altas prestaciones, pero como está es una gran opción para la ciudad y sobre todo si es usted extrovertido.
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