Un sentir rudo:acabados básicos, un radio que pareciera sobrepuesto, volante que como aro de plástico, material presente en la palanca de cambios
Hace algunos años tuve la oportunidad de conocer la renovación de la “todopoderosa” Nissan Estaquitas una camioneta de claro enfoque de trabajo que ha sido durante años uno de los referentes en ese segmento, el chasis se mejoró y se adaptó a más productos siendo las versiones de Frontier de entrada las que cuentan con una tecnología similar.
La gama Frontier cuenta con dos divisiones, la básica (XE, LE y LE 4×4) y la gama “deportiva” PRO-4X, pero la prueba que me tocó fue la de trabajo así que de entrada debo comentarles que la comodidad y calidad de marcha son casi inexistentes y sobre todo en el manejo en ciudad ya que la suspensión de eje rígido con muelles en la parte trasera hacen a esta pick up muy “brincona”.
La experiencia de manejo fue extraña con un sentir rudo, subir y ver acabados básicos, un radio que pareciera sobrepuesto, como volante algo similar a un aro de plástico, material que también está presente en la palanca de cambios. Luego de acostumbrarnos a todo esto llega el momento de prender la unidad y sentir que vibra todo y el sonido del motor que invade el habitáculo.
Meter la primera velocidad merece un comentario ya que pareciera que tenemos que pelear para lograrlo, y la vibración se mantiene en todo momento. La altura de la unidad y la suspensión rígida le hacen un favor flaco en el manejo citadino y en las frenadas todo el peso delantero juega también en contra. Todo lo anterior suena como a un problema ¿no?, pero no es así ya que esta unidad es para trabajar y no podemos medirla igual que un auto común por lo que tuve que llevarla al campo y cargarle peso.
Obviamente para llegar al campo tenía que tomar carretera y ya tomando las cosas por el lado divertido fue un trayecto entretenido; en todo momento debía estar jugando con la caja de cambios ya que si bien la Frontier LE tiene buen torque pero no potencia necesaria para una alta velocidad por lo que incluso una pendiente nos hará bajar hasta segunda y la quinta. Solo en lugares planos tendremos una velocidad máxima de alrededor de 120 km/hr.
Curvear a velocidad con la Frontier LE es algo prohibitivo por su fuerte tendencia a irse de frente, por lo que el paso por curva es lento aunque cabe destacar que los frenos responden bien y nunca perdí el control al frenar de manera abrupta.
Por fin al llegar al campo los caminos casi inexistentes, pendientes y piedras hicieron que la Frontier tomara una nueva dimensión si bien los ocupantes literalmente rebotan debido a la suspensión pero esa rigidez se agradece con el peso de carga ya que el manejo se torna óptimo.
En el caso de la unidad de prueba contaba contracción 4×4 que se acciona con una palanca alterna y mejora el torque lo que se agradece mucho al llevar carga, en este modo debí jugar mucho con la primera y segunda velocidades.
Repentinamente el espíritu de velocidad saltó traté de llevar a la Frontier como si fuera su hermana mayor la PRO-4X o incluso la Titan, pero eso de rebotar por todas partes no me gustó lo que si pude constatar son los ángulos de entrada y salida de la unidad son excelentes para sortear muchos caminos y el grado de inclinación lateral casi me hace recordar a un Jeep.
La Frontier LE 4×4 es un excelente producto para trabajar, desde la robustez de su chasis hasta la tracción 4×4 y por supuesto el espacio de carga que no penaliza la comodidad para cuatro pasajeros a bordo. Unidades así me hacen recordar los diversos usos y necesidades reales que tiene un auto y no siempre de potencia y lujo podemos vivir.