El cliente siempre tiene la razón y a razón de ventas es mejor adaptarse que morir ¿no es así?
Cuando el mercado te demanda un tipo de producto poco importa lo que te demuestren los ingenieros en cuestión de mecánica y de cómo impactarían ciertas adecuaciones al bebé que generaron con tanto esmero, finalmente, y como todo en la vida, el cliente siempre tiene la razón y a razón de ventas es mejor adaptarse que morir ¿no es así?
Para muestra basta un botón, el ATS es un bólido pura sangre convertido en el lujo de un sedán compacto, sus prestaciones fueron premiadas y probadas alrededor del mundo en superficies sumamente demandantes y bajo condiciones extremas, logrando salir muy bien librado de todas estas pruebas. Ahora bien, en China consideran que el compacto debe poseer más espacio puesto que muchos de ellos utilizan a un chofer que los lleve y traiga de sus actividades, ¿qué razón para esto? Ninguna, podrían optar por un sedán más largo como el CTS, pero recordando la máxima de la vida, el cliente manda y así hay que adaptar y llenar de comodidad el habitáculo, todo para ganar al cliente y evitar que «algún otro vivo» les ofrezca el producto que buscan.
Basado en el deportivo, el espacio añadido para piernas es de 3.3 pulgadas más con respecto al ATS, lo que hace que la distancia entre ejes se prologue a 112.5 pulgadas y su largo total hasta 186 pulgadas. Finalmente, los cambios de motorización no son tantos, puesto que como ya no se va a conducir este sedán, no hay necesidad de dotarlo de todas los bloques disponibles (2.0 litros de cuatro cilindros a V6 de 3.6 litros), la única versión de corazón ofrecida en el ATS-L es un 2.0 turbocargado que lleva al vehículo de 0-100 en tan solo 6.2 segundos, nada mal para que lo maneje el chofer en las transitadas calles chinas.
Finalmente mencionaremos que el desempeño logró equipararse a la versión original del ATS y cuenta con la suspensión Magnetic Ride Control, los frenos Brembo y los run-flat tan necesarios en la geografía de la capital. Asimismo, esta versión solo se ofrecerá en Asia y no habrá rumores de que llegase a México o a Norteamérica en General, a menos de que nos hartemos de manejar y empujemos a GM con la misma potencia de una economía y mercado que posee China para crear un automóvil que jamás se ponche, no sufra en la altura del D.F., no se lo roben, no se raye, cuente con reducción de velocidad para cuidarse de los valet parking y, además, que se renueve en año de modelo cada que nos «caiga la nueva norma del Hoy no Circula», hasta que eso suceda…