Decidimos salir del país y para eso trazamos la ruta desde la Ciudad de México con destino a San Antonio, Texas
De lo mejor en segmento Premium
Al revisar el catálogo de productos de Audi de México gratamente nos dimos cuenta que el A3 sedán se ofertaba en nuestro mercado con el fabuloso motor de cuatro cilindros 1.4 litros turbo de 150 caballos unido a una estupenda transmisión manual robotizada denominada S-tronic de siete velocidades y de un funcionamiento impecable. Nuestra atención de inmediato se ubicó en este auto ya que de verdad queríamos hacerle una prueba de manejo por muchos kilómetros. Hablamos con las autoridades de Audi para solicitar su autorización y la respuesta fue inmediata: claro ¿por qué no? Adelante manéjenlo y conózcanlo para que compartan sus experiencias con los amantes de los autos y con las personas que justo están pensando en estrenar un vehículo con estas características.
La ruta
Decidimos salir del país y para eso trazamos la ruta desde la Ciudad de México con destino a San Antonio, Texas. Llenamos el tanque de 55 litros de combustible Premium y partimos muy temprano. El consumo del auto señalado por la computadora fue en descenso a medida que manejábamos con paso firme y sin detenciones. La salida de la Ciudad por la parte norte no marcó mayores contratiempos. El tráfico era justo en la otra dirección y nuestra marcha seguía muy bien.
Como buen Audi, el manejo es preciso muy silencioso y la suspensión está enfocada para brindar un mejor trazo en caminos con curvas, pero sin duda los caminos rectos juegan a favor de un manejo rápido. En media hora ya estábamos en la caseta de Cuautitlán, algo la verdad asombroso, pagamos y la dirección marcaba Querétaro.
Justo al coger el libramiento hacia San Luis Potosí había bajado un cuadrito del marcador de combustible, es decir 1/8 de tanque y la autonomía nos decía que podíamos circular otros 610 kilómetros, una maravilla!
Llegamos a SLP., y nos esperaban otros 200 kilómetros hacia Matehuala, un lugar enclavado en el desierto y que los paisajes pasaron de ser verdes a áridos con esa flora y fauna característica del desierto mexicano. Cactus, cetáceas y letreros en dónde se le indicaba a la gente no comprar a los lugareños animales silvestres como armadillos, serpientes e incluso carne de venado para así evitar la extinción de los mismos. Manejábamos con gran entusiasmo.
A la mitad de territorio nacional
Pasamos el Trópico de Capricornio, que por cierto ya no está el letrero con la indicación sobre la carretera 57 dirección Saltillo, aún nos quedaban poco más de 120 kilómetros de autonomía pero no quisimos arriesgarnos por lo que decidimos llenar el tanque de gasolina. Nuestro promedio era de unos muy buenos 18.3 km/l con una velocidad constante de 130 km/h. Una maravilla el consumo!
Tanque lleno corazón contento. El empuje del motor, la suavidad, excelente visibilidad y una conducción ágil hicieron del A3 Sedán un placer para manejarlo en rectas. Ahora llegábamos a la zona de curvas, y aunque existe una nueva carretera de cuota para llegar a Monterrey desde Saltillo, decidimos irnos por la antigua que ya la conocíamos. Bajada y muchas curvas, además del tránsito intenso entre ambas ciudades, nada que con el Audi y su buen sistema de frenado y recuperaciones no lo hiciéramos de una manera segura y efectiva de seguir adelante.
Dejamos atrás Coahuila y pasábamos a Nuevo León, justo con esos cerros característicos altos e imponentes del parque de Monterrey. El señalamiento adelante: Nuevo Laredo por el Periférico (cuota) y así recorrimos cerca de 50 kilómetros para llegar a la autopista Monterrey-Nuevo Laredo la cual se encuentra en muy buen estado, bien transitada y resguardada.
Pagamos el peaje de 125 pesos del periférico y 205 pesos de la caseta en la autopista hacia nuestro trayecto a la frontera.
Antes de llegar a Tamaulipas, en el kilómetro 99 de dicha autopista hicimos un alto para comprar un seguro extra por daños a terceros y gastos médicos que obligan las leyes estadounidenses y que nuestro seguro no aplica en el país norteño.
Fueron justo 27 dólares por cuatro días y ya con los papeles en mano nos dirigimos a la ciudad fronteriza. Muchos camiones de carga exportando mercancías mexicanas, que gusto.
El Río Bravo
Llegábamos a Nuevo Laredo, Tamaulipas y un calor de 38 grados con 85% de humedad nos recibían. El aire acondicionado del auto con climatizador automático de doble zona funcionaba de manera eficiente. La ciudad pese a lo que se dice, lucía tranquila en cuanto a tráfico y seguridad. Sin embargo, nos dimos prisa para llegar a la frontera y cruzar para Laredo, Texas y evaluar aun mejor los consumos en carreteras perfectas y velocidades controladas. Llevábamos 10 horas de conducción y los asientos de nuestro Audi eran los mejores compañeros para brindarnos una buena sujeción y comodidad en nuestro trayecto.
Continuará…