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¡A prueba! SKYACTIV-X de Mazda: un motor de gasolina potente, eficiente y sustentable

El objetivo de la marca es reducir las emisiones medias de dióxido de carbono al 50 % de los niveles de 2010 para 2030

/enero 28, 2018

Para todos los aficionados de los motores de combustión, sin duda, el nuevo motor de Mazda es para ustedes. Sin embargo, para aquellos que buscan vehículos de bajas emisiones, responsables con el medio ambiente, también encontrarán una opción en este motor que saldrá a la venta en el 2019.

El objetivo de la marca es reducir las emisiones medias de dióxido de carbono al 50 % de los niveles de 2010 para 2030, logrando una reducción del 90 % para 2050.

Y va por buen camino: por quinto año consecutivo, la marca es reconocida por la Agencia de Protección del Medio Ambiente Norteamericana (EPA) por tener el mejor consumo de combustible y bajas emisiones.

¿Cómo lo logra si no tiene híbridos ni eléctricos en su portafolio? Gracias a un cúmulo de tecnologías llamadas SKYACTIV, las cuales, están enfocadas en la eficiencia del motor, transmisión y chasis.

Tal como nos lo compartieron los ingenieros, el secreto está en lograr una coordinación total del vehículo, por medio de la reasignación de funciones de algunos sistemas y de la creación de una arquitectura.

De esta forma, coordina elementos como los asientos, el cuerpo del auto, el chasis, los neumáticos y la suspensión con la finalidad de que el vehículo responda como si fuera una extensión del cuerpo del conductor.

¿El resultado? Mayor seguridad, tranquilidad y a su vez, una mejor experiencia de conducción. Pero especialmente, Mazda nos ha mostrado su motor de gasolina SKYACTIV-X, en el cual, la bujía se usa para controlar la ignición por compresión.

SKYACTIV-X: potencia, eficiencia y bajas emisiones

 

Fuimos a las oficinas de diseño y desarrollo en Irvine, California, donde Mazda nos compartió su visión de sustentabilidad hacia el año 2030, como parte del Mazda Tech Forum.

De esta forma, ingenieros de la marca nos mostraron y explicaron su nueva gran apuesta, un motor que combina las ventajas de los motores de gasolina y diésel para lograr un desempeño ambiental sobresaliente y un rendimiento de potencia y aceleración: los beneficios de un motor de gasolina de encendido por chispa (expansividad a altas revoluciones y emisiones de escape más limpias) combinado con los de un motor diésel de encendido por compresión (una respuesta inicial superior y economía de combustible).

Conducimos dos vehículos prototipo de este motor, uno con transmisión automática y otro con transmisión manual. Y no únicamente eso: pudimos sentir y verificar los distintos elementos de auto centrados en el conductor.

Conducimos un 2.0 litros, con 168 caballos de fuerza y 170 libras pie. Un ingeniero nos acompañó y destacó que el nuevo motor tiene más torque (la fuerza que hace al automóvil moverse), sin embargo, es más suave y constante.

Definitivamente, las cualidades y la capacidad de respuesta del motor se hacen ver más con la transmisión manual. En el manejo con la transmisión automática sobresale el control del vehículo, la conducción es suave y lineal.

Otra sensación, es que en las bajadas el auto no «se deja ir», otorgando una sensación de seguridad. A pesar de ser un motor mejorado, Mazda reitera que al automático le hace falta todavía más tuning. Los ingenieros expresaron que aún falta ver más refinamiento en sus sistemas.

El auto contaba con una pantalla en la que podíamos identificar el comportamiento del motor. Por medio de la activación de tres círculos podíamos visualizar cómo se comportaba la mezcla aire – combustible según la velocidad.

De esta forma, esporádicamente, se activaba un círculo que representaba una mezcla muy ligera, con más aire y más fría, significando, un muy bajo consumo de combustible. Ésta se activa cuando se lleva una velocidad baja y constante. Un ejemplo de ello, sería en condiciones de tráfico.

Otra característica de la transmisión manual es que, al tener ser los cambios más cortos, la respuesta es inmediata. En sí, el sonido del motor es diferente a uno de combustión común, sin embargo, no por ello, no tiene la fuerza y la potencia deseada.

Ésta será una excelente opción para aquéllos que aún disfrutan de conducir, de sentir el auto como una extensión de su cuerpo, que les gusta que responda como y cuando quieren.

En cuanto a otros elementos del auto, el reposa cabezas tenía una inclinación mayor hacia adelante. A su vez, todo el asiento estaba diseñado para conservar la curvatura natural de la columna vertebral, la que tenemos cuando caminamos.

Esto se refleja en una conexión más cercana con el auto, el cual, tiene el objetivo de hacer más placentera la experiencia de manejo.

Los movimientos del cuerpo se reducen, tal es el caso de las agitaciones o «sacudidas», teniendo como resultado un menor impacto cuando el vehículo pasa un bache o un tope.

Estos beneficios se logran gracias al diseño del asiento, de la suspensión y del chasis, todos en coordinación.

En conclusión, podemos afirmar que la tecnología de Mazda efectivamente se reduce a tres variables: el placer de conducir + desempeño ambiental sobresaliente + seguridad.

El motor SKYACTIV-X logra una eficiencia hasta 30 % mayor que sus motores actuales, aumentando el par del 10 al 30 % más.

Mazda es el primer fabricante que logra este desarrollo, tan anhelado por muchos. Es interesante que la propuesta del fabricante japonés concilie dos mundos que aparentemente eran antagónicos: la potencia de un motor de combustión y las bajas emisiones contaminantes.

 

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Rita Segura
Comunicóloga especializada –y apasionada– de los medios impresos y electrónicos. Los carritos, mi fascinación.
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