Una visión alternativa

Viajamos a Puerto Vallarta para poner a prueba las capacidades de este sedán subcompacto, que representa la nueva ofensiva de la marca en busca de conquistar uno de los segmentos con mayor crecimiento en nuestro país. Los paradisiacos caminos de este centro turístico se convirtieron en nuestro laboratorio de pruebas para ver el desempeño del nuevo Vision. El resultado fue sorprendente.

Visualmente este auto nos llenó el ojo, gracias a sus líneas que presumen el renovado ADN de los autos de Dodge. Su diseño exterior es muy atractivo y dinámico, un punto que lo diferencia de sus rivales, toda vez que, éstos están más enfocados en lo practico sacrificando ese look atractivo y emocional que todos buscamos al momento de comprar un auto.

El habitáculo es otro punto a favor, desde que uno entra se percibe de inmediato el gran espacio interior que ofrece para todos sus ocupantes, además de los materiales de buena calidad, que se hacen acompañar de un diseño muy actual, que está muy lejos de ser sobrio y minimalista.

Su equipamiento es notable ya que cuenta con cristales y seguros eléctricos, que se pueden controlar con la llave; asientos con ajuste de altura, aire acondicionado, computadora de viaje, sistemas de audio con conexión auxiliar, Bluetooth y USB, rines de aluminio de 17 pulgadas, luces bifocales de halógeno, faros de niebla y sensores acústicos que facilitan las maniobras de estacionamiento y evitan que pongamos en riesgo la integridad del auto. 

El espacio de la cajuela es otra de sus cartas fuertes, ya que es enorme, y como lo muestra su publicidad cabe hasta Alex Lora, vocalista del grupo de rock el Tri. Su capacidad de carga es 520 litros y se amplía significativamente al abatir los asientos de la segunda fila.

Es una versión del Dodge Vision, la que ya se comercializa en los pisos de venta de la marca, cuyo precio es de $198,900

Prueba de fuego

La hora de la verdad había llegado y era momento de ver de qué estaba hecho el Dodge Vision. Nos ajustamos el cinturón de seguridad, encendimos su motor 1.6 litros que entrega 115 caballos de fuerza, acoplado a una transmisión automática de cinco velocidades, y nos enfilamos a desafiar el asfalto.

Al atravesar la ciudad nos hizo ver que se encontraba en su elemento, con una marcha suave y con una muy eficiente suspensión nos demostró que se trata de un sedán que ofrece un alto grado de confort, más al momento de absorber las irregularidades de nuestro asfaltado, que en muchas ocasiones son dignas de una película de guerra.

La caja de cambios es eficiente y va dosificando la potencia en la medida que hundimos el pedal del acelerador, mientras que sus controles al volante facilitan el acceso a los sistemas de comunicación e infoentretenimiento. Desde luego, subimos el volumen y constatamos la insonorización de la cabina, con lo que pudimos cantar a todo pulmón sin la intromisión de ruidos exteriores.    

Llegamos a la carretera y era hora de llevar al Vision al límite, aceleramos a fondo y en los caminos sinuosos dejó ver lo mejor de sí. La dirección es muy precisa y el agarre que tiene en curvas nos sorprendió, gracias a los sistemas de tracción y estabilidad con los que cuenta.

Eso no es todo y el as bajo la manga de Dodge para este auto reposa en un increíble rendimiento de combustible que nos ofrece 15.6 km/l. Un punto que lo pondrá en la mira de todas las personas que buscan un sedán familiar, ya que los precios de la gasolina están por las nubes.

En conclusión Dodge ha dado en el clavo al redondear su portafolio de productos con el Vision, su relación costo-beneficio, sin duda, lo convertirán en un hit de ventas en la nueva ofensiva que tiene preparada FCA (Fiat Chrysler Automobiles) en nuestro país. Lo mejor está por venir.