Un auto que conocimos en Ginebra y que ahora podría ser hasta mexicano.
Después del lanzamiento del nuevo Mazda3, el Mazda CX-30 es el segundo modelo de la gama de última generación de la marca.
Este SUV supone para Mazda una incursión en un nuevo segmento del mercado. Con sus 4.395 mm de largo, 1.795 mm de ancho, 1.540 mm de alto y una distancia entre ejes de 2.655 mm, se sitúa entre el Mazda CX-3 y el Mazda CX-5, y está dirigido a conductores que buscan las dimensiones compactas y el carácter urbano del primero pero con el espacio y la funcionalidad del segundo.
El nuevo SUV monta también las últimas innovaciones de la tecnología Skyactiv-Vehicle Architecture de nueva generación. No solo explota la capacidad inherente del cuerpo humano para mantener el equilibrio con el fin de tener un control del vehículo más natural e intuitivo; también se ha reducido —y controlado— la rumorosidad, hasta alcanzar un exclusivo “silencio de calidad” en el habitáculo.
Para nuestro mercado cuando se lance, deberá de llevar el motor de gasolina 2.0 Skyactiv-G más avanzado de Mazda desarrolla 122 hp a 6.000 rpm y un par máximo de 213 Nm a 4.000 rpm.
Se ha optimizado la geometría de los pistones y el puerto de admisión. También hace uso de una inyección directa de combustible en varias fases, una válvula eléctrica de control de refrigerante y desactivación de cilindros. Todo ello le proporciona mayores prestaciones, consumos más ajustados y menores emisiones. Esta unidad también se encuentra asociada al sistema Mazda M Hybrid, que aporta mejoras adicionales en el consumo y el placer de conducción.
Finalmente se habla sin ser oficial que el nuevo Mazda CX-30 pudiera ser mexicano y ensamblado en la planta que la firma japonesa tiene en Salamanca, Guanajuato, México.