Quién mejor que Keanu Reeves para describir la sensación al andar en moto. «Estás completamente presente y desapareces. Sin embargo, estás completamente allí.»
A pesar de que los accidentes en moto son más fatales que los de un automóvil, esto no es una limitante para los verdaderos apasionados y amantes de este vehículo.
Desde hace unos años, la Base de la Fuerza Aérea de Kirtland en Estados Unidos reveló que alrededor del 80% de los percances de motocicletas reportados resultan en lesiones o muerte.
Sin embargo, una gran mayoría de estos incidentes pueden ser evitados. Si bien la responsabilidad es de todos, los bikers pueden hacer mucho por su seguridad.
Aunque no lo creas, ¡el alcohol es un factor presente en el 50% de todos los accidentes de moto! Definitivamente, prevenir es la diferencia entre la vida y la muerte.
Además de contar con un completo equipo de seguridad, como cascos certificados, y un buen equipamiento para la moto, como frenos potentes y neumáticos adherentes, es necesario conocer de antemano los accidentes más comunes y las maniobras para evitarlos.
¿Cuáles son? Con información de RideApart, te compartimos qué hacer en cada escenario.
Primeramente, es importante tomar en cuenta que las motos caben fácilmente en los puntos ciegos. Segundo, los automovilistas tienden a prestar mayor atención a los automóviles y menos a las motos.
Por ello, evita estar situado en puntos ciegos. Una referencia es si puedes ver los ojos de un conductor en sus espejos.
Prevé las situaciones donde sean más comunes los cambios de carril, como en situaciones de tráfico. Si un carril avanza más rápido que otro, allí querrán ir los conductores.
Presta atención a señales: direccionales, ruedas girando, cambios de velocidad del auto, la cabeza del conductor en movimiento.
Conduce a un ritmo y velocidad que te permitan ampliar tu rango de visión. Si ya estás en apuros, confía en la motocicleta y trata de sostener el movimiento, manteniendo el ángulo de inclinación.
Mira hacia donde quieres ir y sé suave con los controles. No desaceleres ni pises los frenos.
Velo venir y contempla la posibilidad anticipadamente. El automovilista muchas veces no puede verte o calcula mal tu velocidad.
Fíjate en detalles, por ejemplo, si la visión del automovilista está en un punto en el que puede verte o no. Presa atención a la dirección de sus ruedas, no tanto al auto completo.
Reduce la velocidad, utiliza ambos frenos y prepárate para reaccionar. Contempla también los objetos o personas que pudieran aparecer sin previo aviso.
Tienes que evitar golpearlo en primer lugar. Conduce a un ritmo en el que tu tiempo de reacción y tu capacidad de acción encajen dentro de tu rango de visión.
Usa neumáticos apropiados, que no estén desgastados. Reduce la velocidad y conduce más suave. Si acaba de comenzar a llover, sé mucho más precavido.
Usa los autos como tu propia deformación programada (es la estructura de la carrocería de un auto diseñada para amortiguar los golpes).
En los semáforos, deténte a un lado, en lugar del centro del carril. Usa la luz del freno, mantén la moto en marcha y la mano en el acelerador. No quites la atención de lo que viene detrás de ti.
No manejes en la «zona de la muerte». ¿Cuál es? Viajar entre un carril de tráfico activo y automóviles estacionados.
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