Los cambios estratégicos dentro del gigante azul en una economía nueva, obligó el paso del muscle car norteamericano a vehículos familiares y más sensibles al medio ambiente. Todo empezó con el Ford Fairmont. ¡Suscríbete...
Los cambios estratégicos dentro del gigante azul en una economía nueva, obligó el paso del muscle car norteamericano a vehículos familiares y más sensibles al medio ambiente. Todo empezó con el Ford Fairmont.
Para este #ViernesVintage, hablamos de la entrada de la marca a un carro no sólo más práctico y espacioso, sino también a un paso importante para mantener una presencia fuerte en nuestro país, desesperado por un nuevo look en la oferta del sedán.
Ford Fairmont llegó a la venta en territorio norteamericano en 1977 sustituyendo en la gama media al histórico Maverick. A pesar de la inclusión de subcompactos como Mustang II y Pinto en la gama, la marca veía necesaria una nueva imagen para incrementar sus ventas.
Aunado también a cambios corporativos importantes dentro del liderazgo en el gigante azul, Fairmont fue pieza clave para la transición entre los modelos antiguos que contaban con carrocería de piezas separadas y tracción delantera.
Para ello, la decisión obvia fue aprobar el desarrollo de una nueva plataforma para utilizar de ahora en adelante dentro de los nuevos modelos para Ford, permitiendo ahorrar costos de forma sustancial.
Bautizada como la plataforma Fox (en inspiración del Audi 80, apodado Fox en Estados Unidos), esta nueva base no solo era más ligera sino más compacta que en Maverick, resultando en una mejora notable en la suspensión del Fairmont.
Con la introducción de la plataforma Fox alrededor de 1974, Ford Fairmont no sólo fue de los primeros vehículos en utilizarla, sino que también marcó la tendencia de coches ya existentes en el catálogo en su tercera generación como Mustang, Thunderbird y Granada.
Parte de la estrategia en primer lugar era reducir el número de carrocerías a solo 4 para Fairmont. Las primeras dos constaban en variantes del sedán familiar ya sea con 2 o 4 puertas. Las otras 2 presentaciones eran un coupé de dos puertas y una versión de tipo vagoneta.
A pesar de las diferencias en carrocerías, nuevamente gracias a la plataforma, se preservó tanto el chasís como la misma distancia entre ejes de 2.68 metros y una longitud total de 4.92 metros.
La principal característica de Ford Fairmont era su espacioso interior. Esto fue inmediatamente apreciado por el cliente de Estados Unidos en el inicio de la década de los 80, donde el patriotismo dominante de la época marcó la preferencia de coches locales sobre marcas europeas o asiáticas.
Estas carrocerías propuestas eran básicamente idénticas en la parte delantera con excepción de la versión coupé, apodado Fairmont Futura. Esta concepción contaba con una línea exterior similar a la del Thunderbird contemporáneo.
Futura contaba con similitudes también con el Mercury Zephyr de la época, sobre todo en cuestiones de la parrilla y su lujoso interior. Esta versión, sin embargo, fue la única en no llegar a México de manera oficial.
Para Estados Unidos, los cuatro motores disponibles para la gama daban gran alternativa al cliente. El primero era el menos potente 4 cilindros. La segunda pasaba por un 6 cilindros en línea heredado de Falcon. Y finalmente dos motores Windsor, ambos V8, pero de 4.2 litros y 4.9 litros respectivamente.
Ford Fairmont inició su producción en territorio nacional casi inmediatamente después de su introducción en suelo norteamericano en 1977. Pese a que existían los modelos con cajas estándar de tres o cuatro velocidades, la elección de Ford de México fue la transmisión automática de 3 relaciones.
Una cosa a considerar es que sorpresivamente la oferta en México de Fairmont se vio más limitada a Estados Unidos. Además de no contar con las 4 carrocerías por la ausencia de Futura, el único motor disponible sería un Windsor de cinco litros.
Sin embargo, para compensar esto Ford de México también lanzó el Fairmont Elite sobre el sedán de dos puertas. Esta versión básicamente contaba con interiores mejorados y una cabina más equipada. Para distinguirlo, utilizaba el frontal del Futura norteamericano pero la parte trasera venía de Zephyr.
Para 1981 y con Fairmont consolidado, el diseño del coche en general adaptó el frontal del Elite debido a su popularidad. Un año después, Ford de México lanzaría el Elite II para actualizar la versión de lujo del coche y también adaptarlo al cuerpo con 4 puertas del sedán.
Fue para su último año en existencia, 1983, donde Fairmont se despidió con un motor 6 cilindros y para eventualmente abrir paso al Tempo que en nuestro país lo conocemos como el Ford Topaz, que pasó a consolidarse fuerte dentro del mercado mexicano.
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