Si la década de los 80 nos refiere a la fiebre del sedán, los noventa destacan por la introducción de un concepto inédito del automóvil: el SUV. Dentro de los primeros modelos con estas características, Ford Explorer sin duda marcó una guía, no solo para la marca, sino para toda la industria.
Este #ViernesVintage hablamos del inicio de Ford dentro de las camionetas elevadas, con tracción a las cuatro ruedas pero sin alterar el manejo cómodo y tranquilo de un sedán convencional.
Iniciando la década de 1990, ya comenzaban las pláticas dentro del corporativo de Ford para entrar todavía más de lleno dentro del mundo SUV. Bronco había llegado para competir con un éxito notable. Sin embargo, la marca decidió apostar por una renovación que se llamaría Ford Explorer.
El éxito de Jeep Wagoneer en la década anterior y el lanzamiento de Cherokee más adelante, planteaba a Ford la necesidad de ofrecer una alternativa que pudiera competir en un mercado prominente.
Por ello, el gigante azul presenta Explorer en 1991 tomando de referencia dos modelos característicos de su línea: Ranger y Bronco. Mientras que de Ford Bronco compartiría cosas como la suspensión y chasís; Ranger prestaría los parachoques, la parrilla, los faros delanteros, las llantas y la consola central.
Chevrolet S-10 Blazer y Jeep Cherokee eran la principal competencia de Ford dentro del SUV de tamaño medio. Sin embargo, para destacar de su competencia, la marca introdujo un factor sin precedentes en su historia.
Ford Explorer es el primer SUV del fabricante en contar con un cuerpo de cuatro puertas. El deseo de la firma de explotar el potencial del mercado familiar llevó a prestar esta alternativa sin abandonar la versión dos puertas en directa referencia al enorme legado de Bronco.
El motor de 4.0 litros V6 era la única opción bajo el capó así como una tracción trasera como estándar. Sin embargo, con un pago extra, podías adaptar una opción para activar un sistema all wheel drive de acceso por botón en la consola. Además su caja manual de 5 relaciones podía cambiarse por una de 4 para privilegiar ese manejo confortable.
A pesar de los factores en común con sus hermanos Ranger y Bronco, Ford Explorer siempre tuvo como objetivo ofrecer más al cliente. En primer lugar, el cambio principal, resultado de la hibridación de ambos modelos, fue una mejor aerodinámica general y por supuesto un mejor rendimiento.
Además, para apelar a todo tipo de público, Explorer contaría con cuatro versiones. La primera, Sport, destacaba por ser la exclusiva versión con tres puertas preservando al cliente familiarizado con el vehículo de trabajo de dos puertas presente en F100 y Bronco.
Más adelante estaba XL que podía distinguirse por su parrilla negra y neumáticos de acero además de sus cuatro puertas. Una versión con más equipamiento era la XLT con una parrilla cromada y sus llantas de aleación.
Finalmente, para el tope de gama nos vamos a un nombre que quizá alguno de ustedes ubica muy particular en esa época: Eddie Bauer.
Gracias a su colaboración estrecha con Ford, el tope de gama de Explorer adoptó el mismo nombre que esta compañía de ropa la cuál se distinguía por contar con el equipamiento completo, pintura bitono, vestiduras premium y la máxima capacidad en cuanto a poder. Sin duda, una colaboración un tanto curiosa.
Sobra decir que Ford Explorer fue un exitazo. Por lo tanto, la segunda generación del modelo, introducida en 1995, fue la oportunidad perfecta para destacarla de su pasado quizá un poco anticuado para este momento.
Por lo tanto, el primer cambio vendría en el diseño. El aspecto cuadrado típico de Ford en los 80 fue sustituido por contornos más suaves así como un cambio total tanto en faros delanteros como los traseros.
Por supuesto, la mecánica también evolucionaría. Una nueva suspensión se adaptó en la camioneta para incrementar el espacio interior y la comodidad de los pasajeros.
Junto con esto, un nuevo motor de 210 caballos de potencia de 4.9 litros V8 sería el alma de Explorer, buscando competir directamente con el planteamiento de Grand Cherokee.
Quizá entre las decisiones más extrañas que tomó Ford fue separar la versión de dos puertas Sport del catálogo de Explorer. Quizá la idea estaba en mantener el SUV como un vehículo más enfocado para el uso familiar pero sin perder esa capacidad todoterreno.
Otro factor interesante fue que en 1997, la firma norteamericana en quizo retomar ese motor Cologne original V6 como la base de Ford Explorer para todos sus clientes. Sin embargo, fue actualizado para que esos mismos 210 caballos del V8 estuvieran presentes en esta iteración aunque con menos torque.
El éxito de estas variaciones de Explorer llevó incluso a Ford a realizar en el 2001 un crossover muy particular. Con el objetivo de ofrecer algo más práctico y preservando el look del SUV, Ford ofertó la Sport Trac con un motor V6, la versión pickup de Explorer.
Ford Explorer, a partir de esta extraña evolución, se consolidó como un dominante del mundo SUV en la década de los 90. Nadie puede dudarlo.
El ahora vehículo icónico de la marca que se sienta entre Edge y Expedition es parte definitoria de la industria automotriz. Sin la influencia de Ford Explorer, quizá no estaríamos hablando ahora mismo de un mundo automotriz donde actualmente el SUV se ha vuelto la regla en una industria antes dominada por el sedán.
Visita #ViernesVintage para más historias clásicas del mundo automotriz
Continúa con nuestro canal de Youtube para nuestras pruebas en video
Un segmento concurrido es el de los SUV subcompactos. Este es un peldaño que se…
General Motors está construyendo un portafolio de productos más fuerte, amplio y claro en el…
La llegada de Lamborghini Temerario a las filas de la marca italiana dejan claro que…
Kia ha presentado en India el nuevo Syros, un SUV compacto que destaca por estar…
Red Bull ha elegido a Liam Lawson para reemplazar a Sergio Pérez y convertirse en…