Las consecuencias de la piratería se extienden a muchos rubros, desde lo económico y social, hasta la seguridad para el consumidor. En lo que refiere a los autos, la problemática es grave por la alta incidencia en el robo de autopartes en México.
Sin embargo, esto se da en todo el mundo. Las autopartes pirata y los servicios que hacen uso de ellas siempre están disponibles para quienes desean ahorrarse una suma importante de dinero (aparentemente), porque, al final, la inversión terminará siendo mucho mayor.
Uno pensaría que los problemas en el auto se empiezan a reflejar a largo plazo. Pero, en ocasiones, no hay necesidad de esperar tanto. Para que te des una idea, un auto integra mínimo 30 mil piezas individuales, tomando en cuenta incluso la más pequeña.
No es de balde el costo de un automóvil. Los fabricantes cuentan con departamentos de investigación e ingeniería que prueban exhaustivamente cada parte, antes de su validación oficial. Como todo sistema, si se altera una parte o se sustituye por una pirata, esto termina por repercutir en otra, y así sucesivamente.
No hay forma de que una empresa pirata tenga acceso al funcionamiento, materiales y especificaciones de una pieza original. Las piezas originales son, primeramente, diseñadas por ingenieros expertos, para después pasar por rigurosas pruebas de calidad y finalmente certificarse.
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Por ello, las piezas pirata se concentran únicamente en que la apariencia se casi idéntica a la original. Pero, al final es sólo eso: apariencia, nada de garantías. La consecuencia más grave es que se ponga en juego la seguridad y la vida de los pasajeros.
A su vez, no sólo podrías perder la garantía, sino que es probable que componentes más importantes y costosos comiencen a fallar. Al final: la vida útil de tu auto se reduce. ¡Y te sale más caro!
Por otro lado, el comprar autopartes robadas en el mercado negro alimenta este delito, haciendo que el riesgo de robo sea cada vez mayor. No por nada, muchas automotrices comienzan a unirse a la iniciativa de otorgar descuentos importantes por motivo de robo.
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Si el servicio en un taller es muy barato, podría estar abaratando costos comprando piezas piratas. Desgraciadamente, la única forma de asegurar su confiabilidad es llevarlo a un taller avalado por el fabricante.
El fabricante conoce a la perfección su auto y son ellos los que brindan capacitación especializada al personal de estos talleres. Y no sólo eso: el equipo de diagnóstico y las herramientas desempeñan una función fundamental. En suma, todo esto tiene un valor que se refleja en un costo más elevado.
En cambio, la mayoría de los talleres convencionales dan servicio a autos de todas las marcas, cuando sí hay importantes diferencias entre ellas. Finalmente, con autos cada vez más tecnológicos y con avanzadas computadoras, es difícil que alguien que no esté certificado y especializado en ello, haga un buen trabajo.
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