Uno de los elementos de seguridad indispensables para todo motociclista es el casco. Ya que en caso de un accidente en motocicleta, la cabeza es la más propensa a sufrir lesiones.
Es por ello que el contar con un casco adecuado se vuelve fundamental. Sin embargo, en México existen una infinidad de modelos que no cumplen con las características adecuadas para la protección óptima. Por lo que surge la duda: ¿Cómo saber que un casco es seguro?.
Para responder esta pregunta, tenemos que referirnos a organismos internacionales, los cuales realizan pruebas a diferentes tipos de casco. Con ello emiten certificados y bajo este certificado podemos tener la certeza de que brindará la seguridad adecuada.
La certificación DOT, corresponde al departamento de transporte de Estados Unidos. A través de dicho organismo, se certifica a los cascos en aquel país de que han pasado las rigurosas normas.
Se enfoca en cascos capaces de absorber impactos, debido a que es más importante y seguro la absorción, antes que la resistencia.
Para obtener el certificado, los cascos se dejan caer en un yunque esférico desde una altura de un metro con 83 centímetros, así como en un yunque plano desde la misma altura. Otra de las pruebas consiste en dejar caer un objeto puntiagudo sobre el casco.
Otra de las pruebas corresponde al sistema de retención, al cual se le aplican 136 kilogramos de fuerza durante 120 segundos.
En México es común encontrar este tipo de certificaciones en los cascos, debido a la cercanía y a que muchas marcas comercializan modelos de casco similares a los de Estados Unidos. De cierto modo, los tratados comerciales benefician en este aspecto.
ECE es la certificación desarrollada por la Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa, por lo que es la más común en aquel continente, además de ser obligatoria en más de 50 países.
Podríamos decir que es similar a la DOT, ya que la ECE R22-05 prioriza a que los cascos tengan mayor absorción a los golpes y disipen la energía.
Algunas de las pruebas que se realizan a los cascos consisten en impactos sobre un yunque plano, deslizamiento de correa y hebilla, resistencia a la abrasión. También se realizan pruebas al visor, el cual debe funcionar como parte integral del casco.
SNELL es otra de las certificaciones. La otorga la Fundación Conmemorativa Snell, la cual es una organización independiente y sin fines de lucro. Su nombre proviene de William Snell, un corredor de autos que falleció en 1956 debido a un problema de su casco.
La fundación ha lanzado la norma M2020, la cual eleva los estándares de pruebas.
Algunas de las pruebas de SNELL consisten en impactos de hasta 300 G, donde cabe recordar que G es la aceleración que siente un cuerpo debido a la fuerza de gravedad. Esta norma es considerada muy estricta.
Así que si te encuentras en la búsqueda de un primer casco, o aunque ya tengas uno desconocías cómo saber si funciona o no, las certificaciones son la respuesta. Sobre todo para realizar viajes más seguros.
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