Desde 1925, ha existido un sólo nombre sinónimo de lujo total. Rolls-Royce Phantom tiene una larguísima historia de producir vehículos sobresalientes, enormes y de un altísimo nivel de construcción. Sir Henry Royce, uno de los fundadores, no lo pudo decir mejor. “Cuando no existe, nosotros lo diseñamos.”
Por ello, en #ViernesVintage vamos a regresar casi 100 años atrás en el tiempo para repasar brevemente cada una de las generaciones de Phantom. Conoceremos uno de los coches más longevos de la historia y su constante progreso en tecnología y diseño que lo ha marcado como un gigante en la industria automotriz.
Rolls-Royce Phantom debutaría como el sucesor del original Silver Ghost en 1925. Construido en Derby, Inglaterra y en Springfield, Massachussets en los Estados Unidos, la designación Phantom no existiría como tal en este vehículo.
El primer motor que recibiría en la historia sería un 6 cilindros en línea de aproximadamente 40-50 caballos de potencia. Vendría en dos opciones de transmisión, ya fuese una caja de velocidades manual con 3 o 4 velocidades. Solamente 3,512 ejemplares se produjeron en total.
Phantom recibiría un rediseño total en carrocería para el año de 1929. Aunque se mantuvo el mismo motor original, la transmisión manual se ofreció automáticamente como la única opción. Esta versión se manejaba mucho mejor gracias a un chasís más bajo y con frenos mejorados.
Un modelo Continental se ofreció por parte del diseñador Ivan Evernden. Esta versión del vehículo contaba con un motor mejorado, suspensión más firme, pintura especial al exterior y detalles únicos al interior. Se fabricaron todavía menos ejemplares para esta generación: 1,680 modelos totales.
El modelo de la tercera generación de Rolls-Royce Phantom sería el último modelo antes de la Segunda Guerra Mundial. Este modelo inmediatamente destacó del resto por ser el único vehículo en todo el catálogo de la marca en ofrecer un motor V12.
El último coche en el que Sir Henry Royce trabajó personalmente, contaba con una velocidad máxima de 140 kilómetros por hora y un 0-100 en 16.8 segundos. Esta versión además de su sorprendente velocidad para la época, presumió su sólido trabajo artesanal tanto al interior como el exterior del automóvil.
Quizá la generación más peculiar en toda la historia del Phantom, la cuarta generación se produjo exclusivamente para jefes de Estado o miembros de la familia real británica. Como consecuencia, solo existen 18 ejemplares a nivel mundial de este vehículo, disponibles solamente en museos y colecciones privadas.
El modelo se distinguió por dos configuraciones. Una de 5.7 litros y la otra de 6.5 litros ambos acoplados a un motor de 8 cilindros en línea. La idea siempre fue una producción reservada y experimental, para regresar lentamente a tener una posición en el mercado. Sin embargo, la razón sobre la cual se designó este modelo exclusivamente a personas VIP aún no se conoce del todo.
Rolls-Royce Phantom cambiaría totalmente su política para la quinta generación en esta versión con carrocería de tipo limusina. Con su motor V8 y compartiendo una transmisión automática de 4 cambios Hydra-Matic de General Motors, este vehículo estaba basado en el Silver Cloud II.
Con una longitud de más de 6 metros, este coche estaba designado para ser lo más cómodo posible así como contar con un espacio interior notable. Dueños famosos de esta versión incluyeron gente como John Lennon y Elton John hasta jefes de estado como Chris Patten y Josip Broz Tito.
Para su sexta generación, Rolls-Royce Phantom se convirtió en el pináculo de lujo que conocemos ahora. Adaptado con su motor V8 fabricado internamente por la firma británica, este vehículo obtuvo una principal distinción por su inusual apertura de puertas además de aire acondicionado en plazas traseras.
El diseño del Phantom VI fue el último modelo de Rolls-Royce de construcción de chasís separado. Además, incluía mejor suspensión y frenos de tambor en la cuatro ruedas además de su caja de velocidades de 4 relaciones automática. El constructor Mulliner Park Ward dijo que le tomaba entre 18 meses a dos años construir un ejemplar para los clientes, dependiendo del nivel de personalización. A pesar de su larga vida, solamente 374 vehículos se produjeron de esta generación.
El penúltimo modelo de Rolls-Royce Phantom antes de llegar a la construcción que todos conocemos se distinguió por su indiscutible prioridad de ofrecer además de comodidad tecnología impresionante. Esta sería la primer iteración de Phantom en la era de BMW, con la intención de regresar el nombre de Rolls-Royce al ápice de la conversación.
Ofrecido en tres diferentes carrocerías, el sedán, el coupé convertible y el coupé de techo rígido; hasta el lanzamiento del Ghost en 2009, fue el único coche producido por la marca desde 2003.
Las amenidades de lujo incluyeron un sistema de reconocimiento de voz, un quemacocos eléctrico, asientos de piel hechos a mano, cámara de reversa, sistema de DVD, audio con 15 bocinas premium, portavasos calefactable, sistema GPS, puertas de apertura remota, audífonos sin cables, aire acondicionado en cinco zonas y mucho más.
Esta generación destacaría finalmente por retornar la configuración V12 al vehículo. La diferencia es que ahora el motor erogaba 454 caballos de potencia y 531 libras pie de torque. Con un total de 10,327 vehículos fabricados, esta penúltima generación sin duda alguna ayudó a revivir la marca y mantenerse como uno de los indiscutibles nombres dentro del automovilismo de lujo.
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