Mercedes-Benz demostró que una minivan no tiene que ser aburrida.
En México, cuando pensamos en la palabra “minivan” se nos viene a la mente nombres como Caravan, Windstar o Sienna. Pero pocos saben que la firma de la estrella tuvo su propia versión de lo que debería ser una minivan: la Mercedes-Benz Clase R.
Este vehículo obtuvo su nombre de “Grand Sports Tourer” cuando se introdujo en el auto show de Detroit como automóvil concepto en 2002. Sin embargo, su producción no llegaría sino hasta el año 2006 hasta el año 2017.
Mercedes-Benz Clase R se introdujo al mercado después de que la firma notó su éxito en las clases ultra compactas A y B, segmento en el que nunca antes habían participado. Continuando esa actitud experimental, Mercedes-Benz decidió enfrentarse nuevamente a un concepto que jamás habían intentado antes.
La Clase R es la primer minivan de la marca y compartía plataforma con las Clases M y GL con dos distancias entre ejes. La longitud estándar era de 2.9 metros mientras que la larga y más comercializada llegaba a los 3.2 metros. Es decir, 4 pulgadas más que una Escalade del momento. El espacio interior era tan grande que Mercedes-Benz podía adoptar de forma opcional hasta 7 asientos en tres filas.
Pero lo que hizo a Clase R algo tan especial es que se trataba de una minivan que lucía y se manejaba como un Clase S, el estandarte de lujo dentro de la marca.
Al interior, encontrabas una pantalla central donde se controla absolutamente todo y con la misma tecnología de un Clase S. Insertos de madera, control climático individual para las tres filas, audio premium, pantallas en los asientos traseros. No podías pedir más. Y sin embargo, Mercedes te lo daba.
Mercedes-Benz Clase R era más que solo un Clase S de tamaño enorme. Gracias a su tracción a las cuatro ruedas 4MATIC en una transmisión automática, este lujoso vehículo podía adaptar un motor bastante poderoso.
En su motor estándar V6 que ofrecía la marca, se ofrecían alrededor de 270 caballos de potencia que eran capaces de llevar este armatoste de 2.3 toneladas de 0-100 kilómetros por hora en menos de 7.8 segundos. ¿Querías una de estas? 48,000 dólares era su precio mínimo de entrada.
La camioneta recibió actualizaciones importantes en el año 2011. Se trataba de un facelift que incluyó las fascias traseras, parrilla y faros frontales. Pero lo sorprendente es que se incluyó un 5.5 litros V8 en su nueva caja de 7 velocidades automática 7G-TRONIC. ¿El resultado? Una potencia de 388 caballos de potencia y un 0-100 en 6.2 segundos.
Pero esa versión ni siquiera fue el tope en la Clase R. Mercedes-Benz se guardó un as bajo la manga que terminó por ser uno de los modelos más extraños en su historia.
La Mercedes-Benz Clase R63 AMG es posiblemente la minivan más poderosa hecha jamás. Anunciada en el año 2007, la versión R63 AMG contaba con todos los lujos de la clase R pero con un pequeño detalle: un motor hecho a mano por AMG.
Este monstruo contaba con un V8 de 6.3 litros que erogaba 507 caballos de potencia y 465 libras pie de torque. ¡Esto significaba un 0-100 en 4.6 segundos! Eso es más rápido que un Aston Martin DB7.
Sin embargo, esta potencia legendaria y sus gigantescos frenos de 15 pulgadas tenían un precio. Para ser dueño de un ejemplar así tenías que pagar 88,000 dólares. Y eso si podías encontrar un ejemplar, debido a que Mercedes-Benz fabricaría solamente 200 modelos en total.
Es así que una minivan de Mercedes-Benz podría tratarse de un vehículo digno de coleccionistas interesados en los motores AMG. La Clase R ha dejado de comercializarse pero sin duda fue una oferta que en su momento fue como ninguna otra.
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