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En el futuro, ¿cómo será un auto?

Hace unos días escribí en este mismo espacio que, efectivamente, habría autos voladores, luego de que hemos visto autos que funcionan sin gasolina –algo impensable en la mitad del siglo pasado y solo reservado...

/junio 5, 2017

Hace unos días escribí en este mismo espacio que, efectivamente, habría autos voladores, luego de que hemos visto autos que funcionan sin gasolina –algo impensable en la mitad del siglo pasado y solo reservado a Hollywood–, vehículos que se pudieran manejar sin conductor –una idea trabajada en lo más íntimo de las obras de ciencia-ficción– y hoy tenemos estados en Estados Unidos que ya han otorgado placas de vehículos autónomos y es un tema recurrente en todo el mundo. ¿Un auto que vuele? Parece lejano, pero quizás muchos, como lo dije, lo alcancemos a ver y quizás hasta manejar, la “Guerra de las Galaxias” podría estar bien en su teoría de la movilidad de mercancías y “humana”. Esta semana usted se enterará de cosas como que el internet en los autos es cosa del presente y en otros países ya con condiciones dadas, tal y como cuando llegó el “WiFi”, herramienta sin la que hoy no podemos vivir, pero realmente el futuro, ¿dónde estará?

Mi abuelo tenía una refaccionaria donde vendíamos retenes de motor, partes que hoy son obsoletas y la tienda mayorista ya no existe, al igual que muchos ya dejaron de vender el volumen de, por ejemplo, bujías de repuesto.

El futuro está en lo que inteligentemente y, con la ayuda de la ciencia y tecnología, amasamos todos los días en el mundo y se desarrolla en miles de sitios de la industria automotriz en el mundo, precisamente en lo que nos ayuden a dejar de consumir y en lo que efectivamente usaremos, es decir, en lo que se quede obsoleto por encontrar una nueva solución. En los vehículos eso será…, bueno imagine que un vehículo llega a servicio y lo recibe un gran robot –que no parece robot, sino lugar de estacionamiento– donde usted lo deja, deposita sus llaves y ese espacio es capaz de diagnosticarlo, pasarlo al área correspondiente de servicio, llevar partes, mandar las partes de coalición y preparar la pintura adecuada si llega chocado, quizás ya no le cambie el aceite porque es totalmente eléctrico y no lo necesita, ni siguiera las balatas que le durarán toda la vida y no contaminarán como lo hacen hoy –siendo principal fuente de contaminación y vitales para frenar seguramente nos encontramos en que estas partes están siendo fuertemente estudiadas para una solución distinta y pronto. Los neumáticos seguramente jugarán en un plano distinto a como lo hacen hoy.

Así, el “Robot de servicio” le dirá cuándo está su auto… pero en su casa, porque será capaz de programarlo para que llegue manejándose solo al domicilio que usted escoja.

¿Suena una locura? En la industria automotriz todo es posible, la única locura que no le aseguro que pase es viajar en el tiempo como el DMC –DeLorean Motor Company– de Regreso al Futuro, pero todo lo demás en autos voladores… espere a las siguientes olimpiadas y verá… se sabe que Toyota a dispuesto de todo un ejército de científicos para realmente mostrarnos su visión de un auto volador. Esta columna que tengo placer de publicar para usted todos los lunes –escribirla realmente en domingo–, quizás sea obsoleta en 10 años, pero le aseguro que todo lo que no necesitemos, que contamine, que haga un mundo cada día más peligroso se eliminará por mejores soluciones y eso en nuestra industria automotriz es compartir cada día menos residuos con el planeta, más eficiencia en uso de energía y estudiar todos los días las mejores soluciones con inversión y dedicación de la industria. Los retenes ya no existen, quizás ese auto que llevó al “Robot de Servicio” por entero tenga software obsoleto y se lo cambien por otro, tal como hoy existen los teléfonos o computadoras obsoletas, no subestimemos a la industria en lo que está preparando. ¿Le gustaría tener un auto volador? Quizás en ese futuro ya ni hablemos de comprar un auto… sino de usar un transporte personal…

¿Usted qué opina?

@MemoLiraP

ESCRITO POR
Comunicóloga especializada –y apasionada– de los medios impresos y electrónicos. Los carritos, mi fascinación.


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