Simplemente ver un mapa, darse cuenta dónde puede cargar su auto, estar atento de su manejo, consiente de su limite de velocidad, planear sus frenadas y desaceleraciones, no ser brusco en el acelerador, y...
Simplemente ver un mapa, darse cuenta dónde puede cargar su auto, estar atento de su manejo, consiente de su limite de velocidad, planear sus frenadas y desaceleraciones, no ser brusco en el acelerador, y cuando se necesite ser el más rápido para algún rebase, no pararse nunca en la gasolinera, moverse con baterías eléctricas que además ponen el centro de gravedad más bajo del auto, dándole mejor manejo, más estabilidad, y además dan energía a un motor que tiene una aceleración inicial como ningún otro, pero que cuando va de bajada sin acelerar o en desaceleración, es capaz de trabajar a la inversa y meter energía a sus baterías, todo esto parece un sueño, y desde hace mucho lo había pensado, pero hasta esta semana lo pude vivir.
Probé un auto eléctrico que pude cargar casi en todas partes de la ciudad nunca le baje a más del 30% de su capacidad en baterías y siempre en plazas comerciales, distribuidoras de Nissan, BMW y hoteles pude dejarlo mientras comía, asistía a un congreso, compras de esas famosas ventas nocturnas para papá y hasta cuando hacía una transmisión especial en un lugar lejano de la ciudad, lo dejé cargando en todos estos lugares y camine 8 días 290 kilómetros sin usar una sola gota de combustible. Es increíble, un auto eléctrico que nos demuestra que las cero emisiones se pueden lograr. El precio aún es alto, pero la infraestructura inicia a ser muy basta, hasta ahora gratis la carga, lugares preferentes y centros de consumo que además de la carga nos dan de todo, desde cines, compras, oficinas de servicios varios como telefonía, mascotas, etcétera, hasta una distribuidora que queda a unas cuadras de donde con unos cinco minutos de caminar llegaría sin problema y sin costo de estacionamiento, menos de parquímetro. Si a esto le adiciona un paquete de carga para su casa estamos del otro lado, es más, lo conectará unas tres veces a la semana según sus trayectos.
Es realidad y todos los eléctricos bienvenidos, no hay que tenerle miedo al rango, hay que aprender a planear el trayecto, a manejar consiente y tratar de cargar batería mientras circula, y entender el ciclo del auto.
Fue el BMW i3 con motor de rango extendido que nunca lo tuve que encender con sus 11 litros de gasolina, el Leaf también lo logra y así iremos, poco a poco, pero espere 10 años y será más común ver en ciudades como la de México, este tipo de autos. Fascinado con la sensación y el manejo impecable. ¡Sí nos tocó vivirlo!