Construir en serie, hacer eficiente la producción, producir cada día más e inventar la línea de ensamble, esperar a terminar de hacer caminos asfaltados, hacer todos los autos negros, distribuirlos por todo el país,...
Construir en serie, hacer eficiente la producción, producir cada día más e inventar la línea de ensamble, esperar a terminar de hacer caminos asfaltados, hacer todos los autos negros, distribuirlos por todo el país, esperar a que las estaciones de servicio crezcan en número, que todo mundo quiera manejar un auto con un tanque de gasolina móvil, pensar en el siguiente modelo… etcétera, nace el Modelo T, uno de los autos sin el que no se entiende la historia del automóvil.
Este otro, por igual viene a cambiar la producción en serie por plantas que sean capaces de manejar baterías de alto voltaje, pisos y paredes con terminados especiales y sistemas de acondicionamiento de aire sofisticados, que de igual manera espere a que cada día existan más estaciones de carga tanto en casas, oficinas, lugares públicos y carreteras, con distintos rangos de funcionamiento pero bien por arriba de los 400 kilómetros para quien quiere usarlo en ciudades a media distancia, que el cliente quiera comprarlo aunque en su alrededor existan puros autos a gasolina, capacitar a distribuidores en área técnica y de servicio, y así crecer la red de producción, distribución, uso, servicio y partes de vehículos eléctricos.
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Son estos dos vehículos los que ahora están en el diálogo de Ford, comparando el Modelo T y su revolución en la industria y el aporte a la construcción de Ford Motor Company, así como este nuevo Mustang Mach-E, un crossover con líneas de Mustang, aceleración repentina de gran clase y tren motor 100% eléctrico, con tracción integral o tracción trasera. Un «muscle car» como Mustang solo le prestaría su nombre a otro que sea capaz de marcar época, veamos para adelante qué pasa, pero hoy, con el nombre Mustang da una idea de lo que podemos esperar del primer 100% eléctrico del óvalo azul, su caballo en la parrilla certifica que Ford siente la misma emoción que en 1964.
La era eléctrica se encuentra ya en los “Pony Cars”, iniciamos tercera década y parece que nada para a lo eléctrico, su poder, su cero emisiones en zonas de alta contaminación y libertad al usuario. En el salón de Los Ángeles quedó claro.