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Todo acerca del Gran Premio de Mónaco es una contradicción. Es la carrera más lenta del año, pero se ve como si fuera la más rápida.
Todo acerca del Gran Premio de Mónaco es una contradicción. Es la carrera más lenta del año, pero se ve como si fuera la más rápida. Es la más organizada; sin embargo, si lo vemos desde el exterior, se siente como un caos apenas controlado.
Es una carrera completamente diferente a las otras en el calendario. Teóricamente no debería de funcionar, más lo hace de una manera delirante y espectacular.
Si tuviéramos que resumir el Gran Premio de Mónaco es una palabra, sería “diferente”. O tal vez “magnífica”.
La diferencia más obvia es que se trata de un circuito urbano que realmente toma lugar en las calles del principado.
Melbourne y Montreal también son pistas urbanas, pero están en parque y podrían ser descritos de manera más exacta como circuitos temporales.
Singapur sí es un circuito propiamente citadino, pero cuenta con un garaje y unos pits tan buenos como cualquier circuito permanente.
Mónaco es un poco diferente: la carrera empata perfectamente con el espacio disponible, lo que significa que todo está un poco ajustado.
El Gran Premio de Mónaco es la base del calendario de la Fórmula 1. Los vehículos y del deporte cambian; en contraparte – y sin importar cambios ocasionales – ésta carrera continúa tranquilizadoramente sin cambios.
Sobre los bóxes, cabe resaltar que los garajes son de la mitad del tamaño que usamos el pasado fin de semana en España, lo que significa que los equipos tienen que ser muy amables entre sí.
Otro punto importante es que no hay muro de bóxes debido a que la recta de inicio-fin está ubicada detrás del garaje. Por lo mismo, los ingenieros y la administración tienen que buscar nuevos espacios, para brindar instrucciones a los conductores, mientras los invitados VIP toman champaña alrededor de ellos.
También hay que tener en cuenta la situación del paddock: éste no se encuentra detrás del garaje como usualmente se acostumbra, sino hacia abajo en el muelle, lo que significa que las autocaravanas tienen que llegar en secuencia, y que el primer equipo que llega también es el último que sale.
Pero Mónaco tiene sus encantos, uno de los cuales es el hecho de que para la mayoría del equipo Infiniti Red Bull Racing regresar al hotel del trabajo sólo requiere una agradable caminata de cinco minutos.
No es el mejor lugar del mundo si lo que quieres es tener un poco de tranquilidad y silencio a la hora de dormir, ya que todo la ciudad es una gran fiesta ésta semana. Pero para aquellos que quieran disfrutar del ambiente lo tendrán todo disponible afuera de su cuarto.
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