Mercedes-Benz y Bosch presentaron el sistema de frenos antibloqueo en Untertürkheim.
No es cosa de lujo, es de necesidad y seguridad. Es por eso que Mercedes-Benz hace 40 años puso en marcha el sistema antibloqueo de frenos ABS en el Clase S. Hoy en México debemos de solicitarlo en todos los vehículos.
Por eso, mantener un control total sobre la dirección del automóvil incluso en frenadas de emergencia, ya que las ruedas no se bloquean: eso es exactamente lo que puede hacer el sistema antibloqueo de frenos (ABS). Mercedes-Benz y su socio de desarrollo, Bosch, presentaron la innovación mundial del 22 al 25 de agosto de 1978 en la pista de pruebas de la planta de Daimler-Benz en Untertürkheim. Otra razón por la cual ABS fue tan sensacional fue que marcó el comienzo de la era de la tecnología digital en el automóvil. Se redefinió el papel del vehículo, que, en el futuro, se convertiría en un socio sobre cuatro ruedas: un socio que cada vez más proporcionaba asistencia activa al ser humano detrás del volante.
Tras su estreno hace 40 años, el sistema antibloqueo de frenos entró en producción en serie solo un pequeño paso: ABS debutó como un extra opcional en el Mercedes-Benz S-Class (serie de modelos 116) a fines de 1978. En esa vez, costó un DM extra de 2.217,60. Dos años después, estaba disponible opcionalmente en todos los vehículos de pasajeros fabricados por la marca Stuttgart. En 1981, Mercedes-Benz introdujo el sistema de frenos antibloqueo para vehículos comerciales. Y a partir de octubre de 1992, ABS se instalará de serie en todos los turismos de la marca con la estrella. Hoy en día, este sistema de asistencia en los automóviles es una práctica habitual para prácticamente todos los fabricantes del mundo, gracias a la cultura de innovación de Mercedes-Benz.
Momento mágico en una historia única de innovación
El estreno del sistema de frenado antibloqueo hace 40 años fue un momento mágico en la historia de innovación única de los sistemas de asistencia digital de Mercedes-Benz. Sin embargo, la historia de ABS en Mercedes-Benz se remonta a la década de 1950. En 1953, Hans Scherenberg, entonces jefe de diseño en Mercedes-Benz, solicitó una patente sobre un sistema para detener el bloqueo de las ruedas de un vehículo al frenar. Aunque ya existían soluciones similares en aviación (antideslizamiento) y en los ferrocarriles (protección antideslizante Knorr), el automóvil era un sistema muy complejo con demandas especialmente altas en sensores, procesamiento de señales y control. Por ejemplo, los componentes necesarios para registrar la desaceleración rotacional y la aceleración de las ruedas sin error, incluso al tomar una curva, en superficies irregulares y en condiciones muy sucias.