2000GT
Los deportivos japoneses tienen un lugar especial en el corazón de los entusiastas automotrices. Nada se parece a lo que te pueden entregar en potencia y felicidad. Sin embargo, el Toyota 2000GT puede ser uno de los más grandes de todos. Porque no solamente se trata del único ejemplar japonés vintage en superar el millón de dólares en precios de subasta. Además, es el primer supercar japonés en la historia.
Este vehículo de producción limitada se construyó en colaboración con Yamaha para experimentar en algo totalmente nuevo dentro de Toyota. No obstante, nadie esperaba que este vehículo se convirtiera en un clásico indiscutible más allá de los fanáticos de la marca nipona.
Toyota 2000GT se remonta a finales de los 50 cuando la marca notó un interés creciente de los fabricantes automotrices de entrar al escenario deportivo. Coches como Thunderbird, Corvette, Maverick y Mustang comenzaban a salir por parte de marcas enfocadas al mercado masivo. Y mientras tanto, los europeos explotaban lo mejor de sus capacidades con coches como 300SL, el E-Type y el famoso DB5.
Desde ese momento, la marca nipona supo que no podía quedarse atrás. Aunque ya habían fabricado coches como el Sport 800, el tamaño del motor seguía siendo muy pequeño para considerarse como un verdadero súper coche. Esto tenía que cambiar.
Por ello, Toyota se decidió aliar con la compañía de motocicletas Yamaha para la creación de un súper coche total. La experiencia de Yamaha era más que evidente con su YX30, su propio deportivo que superaba toda expectativa. A pesar de que estaban a punto de cerrar su división deportiva debido a la cancelación de último minuto de un coche concepto con Nissan, Yamaha se fue con Toyota para hacer su sueño realidad.
Para Toyota 2000GT no bastaba con tener un diseño clásico y precioso. La silueta creada por Saturo Nozaki estaba basada en el Jaguar E-Type, categorizado como uno de los coches más bellos en la historia. Y eso no fue suficiente. El coche tenía que tener alma y poder debajo del cofre.
El vehículo debutó en 1967 con dos opciones de motores. Un 2.0 litros y un 2.3 litros de 6 cilindros que erogaban 138 y 148 caballos de potencia. Acoplados a una transmisión manual de 5 relaciones o una automática de 3, el coche alcanzaba la sorprendente velocidad máxima de 217 kilómetros por hora.
Un diferencial de desliz limitado así como frenos de disco y dirección con mecanismo de cremallera fueron un hito total dentro de la industria automotriz japonesa. Esto mejoró aún más con la adaptación interior de insertos en madera, aire acondicionado y estéreo de cassette premium al interior.
Solamente 337 modelos de producción fueron fabricados de Toyota 2000GT, convirtiéndolo en uno de los coches más raros en la historia. En Estados Unidos, el primer ejemplar se vendió en 6,800 dólares, equivalentes a 55,262 dólares ajustados a la inflación actual. Actualmente, si algún suertudo puede encontrar uno en venta, tendrá que estar dispuesto a pagar más de 1,200,000 dólares por uno.
El coche participó en algunas carreras a lo largo de su vida como el Grand Prix Japonés de 1966 y las 24 Horas de Fuji donde el vehículo obtuvo récords mundiales de velocidad y resistencia. Fue tal su mística y legado que motivó a fabricantes como Porsche a buscar replicar su éxito con el 911R.
Carroll Shelby fue otro que se sorprendió con las capacidades de este pequeño coche japonés. Al punto de que en 1968, utilizó un par de 2000GT para competir en la categoría CP en la carrera SCCA. Al día de hoy, esos dos ejemplares permanecen en los Estados Unidos.
A pesar de su éxito en el mundo de las carreras, queda claro que lo que catapultó al Toyota 2000GT fue su asociación con el agente secreto 007. En la cinta de 1967 You Only Live Twice filmada en Japón, James Bond maneja una versión extremadamente especial de este automóvil.
Se trata de una versión única del modelo en versión convertible que fue fabricada específicamente para la película. Su aparición fue tan impactante que incluso el actor Daniel Craig ha citado este vehículo como su favorito en toda la saga del agente 007. Sin duda alguna, un ejemplo idóneo de las ventajas del famoso “product placement.”
El 2000GT ha pasado a ser un indiscutible deportivo legendario. Descontinuado finalmente en 1970, los récords que rompió tanto en velocidad como precio de venta nos deja claro que se trata posiblemente de uno de los coches japoneses más importantes en toda la historia.
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