Porsche ha desarrollado un nuevo modo Sport con Porsche Stability Management.
La estabilidad es inherente en nuestras vidas, y guardar un balance de acuerdo a las mejores proporciones para conducirse es parte fundamental del crecimiento, la madurez y un buen aprendizaje.
En esta ocasión, llevando este «problema» o necesidad a las pistas, debemos apuntar que la estabilidad automotriz nos permite ir más rápido, llevar a tope la adrenalina y sentir las emociones más extremas jamás imaginadas, por ello Porsche ha desarrollado un nuevo modo Sport con Porsche Stability Management.
¿En qué consiste?
En alcanzar los límites de las leyes de la física jugando con una evaluación de la distribución de pesos y fuerzas en los nueveonce legendarios que, como sabemos todos los amantes de este ejemplar de leyenda, monta el motor en posición trasera y nos invita a realizar virajes controlados, pero no con el PSM.
Cuando se realiza un viraje excesivo la tendencia según el peso de la unidad, superior en el eje trasero en el caso del 911, es perder la parte posterior y ejecutar un peligroso trompo. Sin embargo el nuevo sistema PSM no solo lo evita, sino que permite continuar avanzando al límite de velocidad en algo que todos conocemos como drifting.
Explicación del ingeniero de chasises de Porsche:
“Estando activo el modo PSM, el sistema de regulación normalmente no interviene hasta que se ha alcanzado el límite de estabilidad. Pero en los trayectos de superficie irregular o en las curvas cerradas, como muchas del circuito norte del mítico trazado de Nürburgring (Alemania), el modo PSM activado puede incluso limitar ligeramente el rendimiento del vehículo. En cambio el PSM Sport permite al conductor dar la vuelta más rápida al circuito, tal como ocurre con el PSM desactivado. Y al mismo tiempo su estrategia de regulación asiste al conductor deportivo, por ejemplo reduciendo la dinámica de conducción mediante ligeras intervenciones en la frenada si la batalla por el récord le hiciera desafiar involuntariamente las leyes de la física”.