Sin Eclipse quizá no estaríamos hablando del estatus actual de la compañía japonesa.
Los automóviles deportivos japoneses tienen un seguimiento de culto impresionante por su gran manejo, calidad y desempeño. Ejemplares como el Nissan Skyline o el 300ZX han formado parte del legado para demostrar que el coche asiático también puede ser emocionante. Sin embargo, dentro de los más importantes en la historia está el Mitsubishi Eclipse, irónicamente un modelo ignorado por muchos.
En este #ViernesVintage vamos a revivir la historia del Eclipse. No solo inició un movimiento de culto por los automóviles de origen japonés enfocados al desempeño sino que además fue una parte crucial en llevar a Mitsubishi más allá de la isla nipona.
La historia de Mitsubishi Eclipse podríamos decir que empieza durante los años 70 y a principios de los 80. En esta época, Chrysler estaba importando vehículos hechos por Mitsubishi directamente para más adelante venderlos con la insignia Chrysler. Esta estrategia le funcionó a ambos, dándole coches fiables a Chrysler y crecimiento notable a Mitsubishi.
Una vez consolidada la posición de Mitsubishi como un fabricante asiático importante, la firma japonesa quería dar el primer salto hacia la exportación. En concreto, Mitsubishi tenía en la mira al continente americano como el lugar ideal para su expansión.
Pero gracias a una restricción hecha por las propias marcas de origen nipón que implicaba una limitadísima exportación de modelos a territorio americano, esto se volvió casi imposible. Chrysler propuso la solución de una manera inesperada. En lugar de exportar los coches, ¿por qué no hacer una alianza juntos?
Con esto nace Diamond Star Motors o DSM, el proyecto conjunto entre Mitsubishi y Chrysler que trajo la primera fábrica del fabricante japonés a Illinois en Estados Unidos. Para inaugurar este hito importantísimo para Mitsubishi era necesario hacerlo con un coche emocionante. Por ello, el primer coche en salir de la fábrica en Estados Unidos sería un Eclipse.
Así es. Oficialmente, la construcción y desarrollo de Mitsubishi Eclipse ocurriría 100% en territorio norteamericano. Basado en la plataforma D de Chrysler, la llegada de la primera generación de Eclipse en 1989 marcó un inicio extremadamente prometedor para la marca. ¿Por qué?
El primer Eclipse de la historia venía con 4 opciones para los clientes. De esas 4, habían dos opciones que todos los clientes demandaban. La gama GS Turbo y GSX representaron posiblemente la primera introducción del súper deportivo japonés al continente americano.
Montado con el motor 4G63T, el Mitsubishi Eclipse desde su primera generación contaba con el mismo motor que el legendario Mitsubishi EVO. Pero por si fuera poco, además de este motor turbocargado, las ediciones de GSX en Eclipse contaban con tracción a las 4 ruedas.
Claro, las cifras no llegaban a ser como las de los Mustang GT500 en cuanto a potencia. Sin embargo, debido a sus capacidades totalmente inusuales para un coche de sus características, los entusiastas de la velocidad lo adaptaron de inmediato.
Mitsubishi Eclipse se renovaría en su segunda generación en 1994. Ésta sería posiblemente la silueta más recordada y amada por los fans del coche. Contaba con un diseño más aerodinámico, un interior más completo así como la adaptación de bolsas de aire duales. Todo esto sin perder el glorioso motor del EVO en sus versiones más poderosas.
En esta ocasión, la alianza de Mitsubishi con Chrylser trajo consigo dos actualizaciones cruciales al coche. GSX ahora contaba con un sistema permanente de tracción a las 4 ruedas enfocado al desempeño. Y además, el motor aumentaba de potencia a 210 caballos y 214 libras pie de torque en una caja manual de 5 velocidades.
Esto se combinó con equipo estándar como neumáticos de 17 pulgadas para el desempeño, frenos ABS, tapizados de piel al interior, aire acondicionado y control de crucero. Es decir, a pesar de su fiereza podía ser un coche civilizado.
Por si fuera poco, Mitsubishi también nos entregó la versión Spyder del Eclipse. Un convertible de techo manual que empezaba desde los 141 caballos de potencia pero que podía adaptar en su versión más poderosa los 210 HP del GSX pero sin contar la tracción a las cuatro ruedas. Sin duda alguna, esta generación fue la época dorada para el Eclipse.
A pesar de la popularidad del Mitsubishi Eclipse por sus sorprendentes capacidades y diseño único, la fiebre por el deportivo japonés no llegó sino hasta el debut de la cinta Rápido y Furioso en 2001. La presencia de coches principalmente japoneses con alto grado de modificaciones detonó una cultura de entusiastas que hasta el día de hoy sigue.
Y el Eclipse fue fundamental para ello. En la primera entrega de la cinta, el coche que maneja el personaje de Brian O’Conner interpretado por el legendario Paul Walker se trataba precisamente de un modelo Eclipse en color verde.
La cultura norteamericana adoptó el Eclipse como uno de los suyos de inmediato. Mitsubishi pasaría a colocarse como un fabricante de presencia y notable respeto por los entusiastas. El efecto fue tan grande que dentro de los juegos de video más importantes como Gran Turismo, Forza Horizon y Need for Speed, la presencia de un Eclipse era indiscutible. La visibilidad para la marca a nivel mundial fue como nunca antes.
Todos imaginábamos que después del éxito de Rápido y Furioso, el Mitsubishi Eclipse sólo podría ir hacia adelante. La realidad sería muy distinta. El principal problema que podemos ver es que la película salió en los cines en el año 2001. Esto no coincidió con los planes de Mitsubishi que para el año 2000 ya había introducido la tercera generación.
Con una estética totalmente diferente y más conservadora para muchos, este modelo compartiría muchos elementos con el Galant, un sedán más tranquilo por naturaleza. A pesar de que se ofrecían hasta 205 caballos de potencia en un motor V6 para sus versiones más poderosas, este Eclipse ya no contaba con una tracción a las 4 ruedas.
Esta decisión así como un motor menos maleable para los entusiastas del tuning llevó a una decreciente popularidad en el Eclipse. Para la cuarta generación, Mitsubishi trató de regresar a la fórmula de éxito. Con una estética basada en las curvas sensacionales de la segunda generación y motores en su tope de gama de hasta 265 HP con 3.8 litros no fueron suficientes.
El coche finalmente sería retirado de la línea de Mitsubishi después de un largo legado ultra deportivo. Al día de hoy, permanece en el catálogo como la Eclipse Cross, una versión SUV. Ojalá algún día volvamos a ver este coche como merece estar: con un motor ultra potente y tracción a las 4 ruedas. Solo el tiempo dirá si Mitsubishi se atreve a hacer esto una realidad.
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