Grupo B: una carrera tan peligrosa que tuvo que dejar de existir

La carrera “Grupo B” introducida en 1982 por la Federación Internacional del Automóvil (FIA) fue la competencia más sofisticada, peligrosa y complica en la historia del rally. Palabra clave: “fue”.

Continuamente atribuida como la época dorada de los coches de rally, esta regulación probaría ser demasiado peligrosa para mantenerse activa con el paso de los años. ¿Por qué era tan peligrosa? ¿Eran los circuitos? ¿Los coches? Hoy te lo contamos todo. 

Las reglas del World Rally Championship

Las competencias de rally ya se habían consolidado como una de las carreras más impresionantes mucho antes que Grupo B existiera. La idea de la categoría “Grupo A” en el rally era poder exprimir lo más posible de coches de producción que podrías encontrar en la calle. En combinación con los pilotos más talentosos de la época, el rally adquiriría una fama global donde coches como el legendario Audi Quattro fueron la gran sensación.  

Sin embargo, el Grupo A en rally contaba con muchísimas regulaciones a los fabricantes participantes. Las marcas tenían restricciones de tamaño, peso, tecnología y el costo total del automóvil. Pero la regla más latosa de todas para participar era que el carro que seleccionabas tenía que ser producido al año al menos en 5,000 unidades. Esto limitaba opciones ampliamente a las automotrices sobre los modelos que podían utilizarse y también las posibilidades de realizar modificaciones extensivas. 

Una idea de oro: Grupo B nace

Ante tantas limitaciones, en 1982 la FIA decidió crear para el campeonato mundial de rally el Grupo B. Esta categoría se distinguiría por mínimas restricciones en cuanto a los vehículos que podían usarse. No solamente los carros participantes ahora podían contar con solamente 200 unidades de producción al año. Además, las únicas regulaciones importantes eran que los coches debían contar con dos asientos y ser de techo rígido. Nada más.

Los fabricantes de todo el mundo se dieron cuenta del potencial con estas nuevas reglas. La experimentación y locura total se desataron por completo. Ejemplares como el Lancia Stratos HF, el Ford RS200, el nuevo Audi Quattro y el Fiat Abarth 131 destacaron por ser vehículos ultra ligeros con motores gigantescos de manera experimental.

Gracias a esta nueva categoría, se popularizaron los motores turbocargados con tracción a las 4 ruedas. Este avance en tecnología cambiaría para siempre el enfoque en los coches de producción de las marcas. La adaptación de tracción a las 4 ruedas poco a poco se fue adaptando en coches ultra deportivos para la calle. 

Grupo B fue un espectáculo como ningún otro

Si juntas experimentación con potencia descomunal, no tardarás mucho en darte cuenta de que solamente los mejores pilotos del mundo podían participar en la carrera de Grupo B. Era tan difícil correrla que se consideraba un logro simplemente terminarla sin tener un solo accidente.

Desgraciadamente, a pesar de la emoción de la carrera, los choques comenzaron a crecer  como nunca en la década de los ochenta. Uno de los más distintivos fue cuando en la pista Lagoa Azul en Sintra, Portugal. El conductor Joaquim Santos no pudo girar su coche a tiempo y chocó contra los espectadores. Esta tragedia costaría al menos 3 vidas y el retiro de todos los equipos en la alta clasificación de la competición. 

Los accidentes en Grupo B se hicieron lastimosamente una cuestión regular. Coincidiendo con la muerte del conductor de Formula 1 Marc Surer en un Ford junto con Attilio Bettega en un Lancia, se comenzaba a cuestionar si la carrera debía seguir existiendo. 

El clavo final a la carrera de Grupo B

Fue hasta 1987 en el Tour de Corse que se tomaron acciones drásticas. El conductor favorito para la carrera Henri Toivonen junto con su copiloto Sergio Cresto en un Lancia arrancaron ferozmente. Pero tan solo 7 kilómetros adentro, el vehículo explotó por una ruptura del tanque de gasolina. 

Ambos pilotos perdieron la vida inmediatamente sin testigos del accidente. A partir de esto, ese mismo año la FIA se vio obligada a actuar y prohibió definitivamente la carrera. Demasiado peligrosa para existir pero trayendo muchísimos avances tecnológicos para coches de producción, Grupo B queda en la historia como una competición inolvidable del deporte motor. 

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