No cabe duda que el estrenar un auto es algo que se disfruta y más cuando el color que escogemos para el que va a ser nuestro compañero de muchos viajes y años es...
No cabe duda que el estrenar un auto es algo que se disfruta y más cuando el color que escogemos para el que va a ser nuestro compañero de muchos viajes y años es el que nos gusta en ese momento y lo deseamos.
Por eso la ibérica SEAT lleva hasta tres años de investigación y sensibilidad para captar las tendencias del mercado: “El color es algo que nace de dentro”, comenta Jordi Font del departamento de Color&Trim de SEAT. Un viaje que nace con un estudio de mercado y finaliza con la aplicación de la pintura sobre el vehículo. Un proceso en el que la personalización se consolida como una clara tendencia de futuro. A continuación, repasamos los más de 1,000 días que se destinan a la creación de una nueva gama cromática:
– 1,000 litros de pintura para una sinfonía de colores: Un equipo especializado se dedica a analizar las tendencias de mercado y a proponer la paleta de colores de los modelos que se lanzarán.
– Ciencia tras un Pantone: En el laboratorio se realizan las mezclas que convierten el trabajo de creación de un nuevo color en un ejercicio puramente químico.
– De las formulaciones matemáticas a la realidad: Una vez definido, el color se tiene que probar sobre chapa para ver su aplicación y el efecto visual que produce.
Un quirófano donde “operan” 84 robots: Ya en el taller, los autos se pintan a una temperatura de entre 21 y 25 grados. Se utilizan dos kilos y medio de esmalte, en un proceso automatizado, para el que se destinan 84 robots y seis horas por vehículo.
– Un TAC que lo ve todo: Una vez pintado, 43 segundos bastan para comprobar que no se tenga ninguna anomalía en la aplicación. Con un escáner de última generación se revisa la uniformidad y que no haya impurezas. Tras tres años de trabajo, el color elegido está listo para rodar por la calle.