La familia Z de Nissan tiene amplia historia en ser la primera representación de la marca y uno de los primeros ejemplares asiáticos en introducirse al universo deportivo. De todos ellos, destaca un clásico...
La familia Z de Nissan tiene amplia historia en ser la primera representación de la marca y uno de los primeros ejemplares asiáticos en introducirse al universo deportivo. De todos ellos, destaca un clásico de culto de pura nostalgia para nuestro #ViernesVintage: el Nissan 300ZX.
Originario de la convención numérica progresiva y heredado del Nissan S30 y el 280ZX, este modelo fue bautizado bajo el histórico nombre de la línea Z en Japón: Fairlady. Como la semana pasada con Ford Ka, este coche representa un éxito sensacional de maneras inesperadas.
Este modelo adoptó dos costumbres históricas de la marca. En primer lugar, el coche sería ofertado bajo la leyenda Datsun hasta 1985 donde todos los modelos a nivel mundial se estandarizaron con la insignia más popular de Nissan.
En segundo lugar, este particular visión de la familia Z vendría con la letra X asociada al modelo, en un esfuerzo por proporcionar una mezcla entre un vehículo lujoso y cómodo pero que al mismo tiempo pudiera ofrecer las emociones de un coche deportivo. Les platico qué tal salió esta aventura.
Nissan 300ZX llegó al mercado con la idea de convertirse en un vehículo realmente competitivo dentro del segmento deportivo. Para ello, la primera generación se concibió mediante una colección de avances tecnológicos, mejoras en potencia y todo a un precio más elevado que sus antecesores.
El diseño fue originado por Kazumasu Takagi donde su idea principal era aportar aerodinámica y mayor poder que 280ZX. Por ello, este fue el primer vehículo en pasar de un motor de 6 cilindros en línea a un V6 para mayor eficiencia en un paquete mucho más compacto.
De las 5 opciones de motores, dos eran variaciones de un V6 de 2.0 litros y el resto variaciones de un 3.0 litros. Por primera vez, la familia Z contaba con opción para un motor aspirado junto con la posibilidad de añadir un turbo adicional para los que añoraban potencia por encima de confort.
Para festejar el buen desempeño de Nissan 300ZX en su generación Z31, se produjeron dos modelos muy especiales. En primer lugar, se encontraba la conmemoración de los 50 años de la marca donde destacaban elementos de lujo adicionales. Y además, una versión bautizada como Shiro Special.
Los cambios principalmente venían del departamento motor. Amabas versiones contaban con motores V6 en muchísimas variaciones de acuerdo a las necesidades. La más potente de ellas, llegó a erogar hasta 205 HP.
Todo esto asociado con transmisiones manuales de 5 velocidades o una opcional automática de 4. Ambos modelos contaban con un diferenciar trasero especial, un diferencial autoblocante y hasta una alerta de voz exclusiva.
Esta opción llamada Voice Warning System, dejaba atrás esa molesta alarma que escuchas cada vez que hay algún problema que el coche te quería señalar. Buena suerte descifrando cuál de todos es.
Para ello, con una voz muy clara, te indicaba precisamente si habías dejado las luces encendidas, si no cerraste bien la puerta, si ya no tenías combustible.
Pasando a 1986, llegaba la segunda y última generación de Nissan 300ZX: el Z32. Considerando que Nissan Skyline y sus versiones GT-R, que habían sido la referencia deportiva de Nissan no se vendían en ningún lugar más que Japón y Australia, ésta fue la cara deportiva para nuestro continente.
Utilizando tecnología revolucionaria y debajo de un diseño de Isao Sono y Toshio Yamashita, el 300ZX nuevo nos trajo el que quizá es uno de los diseños más icónicos en la historia del automóvil.
Las ambiciones eran fuertes para este modelo. Su competencia directa iba a ser el Corvette en su generación C4, el Toyota Supra y el Honda NSX. Para ello, Nissan ideó una alternativa sensacional para lanzarlo al mercado.
En 1990, durante el medio tiempo del Super Bowl XXIV, Nissan nos presentó un comercial dirigido por nada más y nada menos que Ridley Scott, el autor de cintas increíbles como Blade Runner y Alien. Sin duda, Nissan iba con todo para llevar el Fairlady a manos de consumidores ansiosos por potencia.
Como con sus generaciones pasadas, la idea de este Nissan 300ZX era deportividad. Además de su diseño sensacional y faros frontales que al día de hoy presentan un debate con Lamborghini sobre “quién lo hizo primero”; una característica única era el techo removible en forma de T. Venía como estándar al principio aunque eventualmente en Norteamérica se ofrecería un modelo con techo rígido.
Fue así que el 3.0 litros V6 se mantuvo pero con avances tecnológicos notables. El motor normal aspirado por ejemplo llegaba a producir 222 caballos de potencia. Sin embargo, al tener la versión biturbo producía hasta 300 caballos, superando al Supra e incluso al Corvette.
Un aspecto muy llamativo de Nissan 300ZX fue como cada año que estuvo en el mercado, la marca se reinventaba constantemente. Cada año que pasaba, el coche mejoraba en equipamiento y tecnología.
Iniciando con controles manuales en los asientos, bolsas de aire opcionales para el pasajero y una cabina estándar; poco a poco el coche se perfeccionó en todos sus aspectos para mejorar todo lo que se pudiera.
Incluso algunos podrían decir que de pasar a un auto deportivo, lentamente su transformación fue inclinándose hacia la de un Grand Touring. No solo los asientos eran cómodos y su suspensión más confortable que antes.
Además, la marca ofreció pequeños detalles extraños para esa época en este segmento. Desde un tablero estándar cubierto en gamuza, bolsas de aire para ambos asientos y hasta sonido premium Bose ya serían opciones que venían estándar en el vehículo.
Quizá lo más llamativo de todo esto era algo que al día de hoy consideramos como obligatorio en modelos contemporáneos: un botón para ajustar la suspensión en modo touring o modo sport. Nissan se adelantaba a muchos modelos para ofrecer tecnología que al día de hoy es innegociable.
Como vimos antes, Nissan 300ZX no era un extraño ante las versiones especiales y esta generación recibiría la más especial hasta ahora.
Obra de una compañía llamada Motorsports International basada en Waco, Texas y una compañía de tuning japonesa llamada HKS unieron fuerzas para crear el SR-71. La idea era combinar las virtudes de ambas empresas para crear un vehículo único.
Primero se empezó por montar turbocargadores exclusivos Garrett para aprovechar la potencia al máximo. Luego, se introdujo la tecnología eléctrica para casi todos los sistemas de HKS. Se remató todo con una estética exclusiva que llevó a solamente 8 vehículos creados aunque se cree que pueden haber más hechos específicamente a pedido.
Todo esto significó un éxito rotundo para el coche afuera de Japón. 1 millón de ventas en América del Norte en su modelo 1990 se garantizaron. Sin embargo, con cada aditamento y evolución cada modelo posterior de 300ZX aumentó de precio considerablemente.
De pasar a costar 30,000 dólares en su modelo inicial hasta la sorprendente figura de 50,000 dólares en su último modelo; las ventas lentamente se fueron reduciendo hasta que orilló al modelo a desaparecer.
Pero afortunadamente para nosotros, el legado deportivo de la marca seguiría presente incluso al día de hoy bajo la insignia GT-R. El lado agresivo de Nissan aún no ha muerto.
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