Cuando hablamos del mundo del hypercars nos referimos a un círculo bastante pequeño. Muy pocos fabricantes son capaces de lograr cifras tan extravagantes en sus vehículos y sobrevivir al golpazo financiero para contarlo. Dentro de ese universo tan exclusivo, el Saleen S7 es quizá uno de los ejemplares más sorprendentes pero menos reconocibles de la industria.
El coche debutó en el año 2000 y algunos de nosotros lo reconocemos por su aparición en la cinta de Bruce Todopoderoso con Jim Carrey o el video musical de 50 Cent Candy Shop. Pero dentro del mundo automotriz, el S7 es un objeto de deseo indudable para los coleccionistas.
El Saleen S7 fue de gran importancia para la industria norteamericana al ser su primer hypercar producido localmente. Sobre todo, llama la atención que haya venido de una compañía tan pequeña como Saleen.
La marca originalmente se estableció en 1983 con el nombre Saleen Autosport por su fundador y ex piloto de carreras Steve Saleen. Durante estas épocas, la firma se dedicaba principalmente a modificar Ford Mustangs a estándares ultra deportivos. Una vez que la marca demostró su capacidad, Steve Saleen decidió el año 2000 traer a la vida su propia visión de lo que debería ser un súper coche.
El Saleen S7 pasó a ser el sexto vehículo con motor central hecho en Estados Unidos junto con Pontiac Fiero, Consulier GTP, Mosler Raptor, Vector W8 y el M12. Gracias a sus acomodaciones y construcción ligera, la intención de Saleen era que este coche pudiera utilizarse cómodamente en calle pero al mismo tiempo llevarlo al límite en la pista. ¿Pero se logró?
Producido en un periodo de 9 años en Irving, California, se darán cuenta simplemente por sus cifras que el coche es agresivamente veloz incluso para estándares actuales. Saleen utilizó tecnología de Fórmula 1 combinando fibra de carbono en sus terminados. Por sus formas aerodinámicas, Saleen aseguró que el coche era capaz de ir pegado al piso por su propio peso a partir de los 257 kilómetros por hora, incluso si iba de cabeza.
La potencia por supuesto era importante. Pero al contar con 750 caballos que para coches como el Bugatti Veyron es un chiste, ¿cómo lograba velocidades tan altas? La respuesta es ahorrando peso lo más posible. Es por eso que el motor in-house está hecho totalmente en aluminio y los asientos son en fibra de carbono. Sin embargo, algunas cuestiones que consideraríamos básicas tuvieron que abandonarse.
Una de las particularidades sorpresivas del Saleen S7 es que no contaba con bolsas de aire, a pesar de ser un requisito legal en Estados Unidos que Saleen pudo justificar al ser una empresa de pequeño tamaño.
La decisión más peculiar del S7 fue optar por asientos fijos como en los coches de carreras. Eso suena bastante cool de inicio pero el problema es que si alguien más lo quiere manejar aparte del dueño… no podría hacer ningún ajuste. ¿Tu amigo ricachón te lo prestó el fin de semana pero por estar muy chaparro no llegas a los pedales? Pues suerte para la próxima.
Pero no todo eran malas noticias. Una característica interesante era contar con volante extraíble como en vehículos de Formula 1 que podías personalizar. En su interior también podíamos ver detalles como insertos de piel en los asientos así como acentos en aluminio muy similar a lo que encontramos en el motor. Kenwood proporcionó el sistema de audio que otorgó la oportunidad de adaptar una cámara a la parte trasera, función bastante útil considerando que no tenías espejo retrovisor.
Además, al tratarse de un motor central, podemos ver que el S7 contaba con dos cajuelas, una al frente y otra atrás, ambas con bastante buen tamaño.
Saleen S7 se produjo en números muy limitados. Solamente 100 vehículos hay en existencia. Pero a eso hay que agregarle que la compañía decidió en sus años finales por 2009 producir 7 vehículos especiales.
El Saleen S7 LM lleva su nombre por las 12 victorias conseguidas en las 24 Horas de Le Mans donde el automóvil obtuvo tiempos récord y sorprendió al mundo entero.
Esta versión cuenta con un motor 7.0 litros biturbo V8 con hasta 1,300 caballos de potencia. Como en el original, cuenta con una transmisión manual de 8 velocidades y un chasís súper ligero. ¿El precio de este monstruo? 1 millón de dólares.
En conclusión, diría que el número de ejemplares tan limitado así como su nombre de bajo perfil comparado con otras compañías ha mantenido al S7 como un nombre oscuro dentro de la industria. Sin embargo, para los entusiastas de la velocidad es un nombre que no podemos darnos el lujo de ignorar.
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