Primero identifica el daño y revisa si se puede reparar.
Reparar un rin de aluminio –si son golpes sencillos no es complicado; primero debes examinar los rines y de ahí tomar una decisión.
Los daños de una llanta de aluminio se dividen a grandes rasgos en cuatro categorías: abolladuras, grietas, rasguños o daños de corrosión. Así que antes de repararlo debes examinarlo muy bien.
Antes de reparar un rin de aluminio, revisa si el borde está abollado, si es así, no se puede hacer nada, ‘next‘. Ya cambió la estructura interna del materia y lo recomendable es comprar uno nuevo y evitar que se doble o parta en el futuro.
Ahora, si identificaste una grieta o ruptura, verifica que no tenga una profundidad de 1 – 2 milímetros. Si es así mejor llévalo a reciclar pues se podría partir y dificultaría todo en un futuro próximo.
Si los daños son de corrosión, generalmente se pueden reparar puliéndolo. Si quieres saber cómo hacerlo, da click aquí.
Tener unos rines y llantas en buen estado son prioridad a la hora de conducir, siempre da una vuelta alrededor de tu auto para verificar que todo esté en orden antes de arrancar. Así podrá ir más seguro por el camino, y más aún, si sales a carretera.
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