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#ViernesDeVelocidad – velocidad que mata…

Hace un par de días que pude leer gracias a esta redacción a nuestro amigo Ricardo, una frase que inspiró lo que estoy por compartirles, aquella leía: –»Lo que te mata no es la...

/junio 20, 2014

600px-Kbur Hace un par de días que pude leer gracias a esta redacción a nuestro amigo Ricardo, una frase que inspiró lo que estoy por compartirles, aquella leía: –»Lo que te mata no es la bala, sino la velocidad»–, y claro, ahí la razón del número de pérdidas humanas a consecuencia de armas de fuego. Pero dejando en claro que nuestro mensaje es didáctico, y nuestra misión es tratar de educar con base a las investigaciones que realizamos, abordemos pues el efecto de aceleración y desaceleración que sufre un cuerpo al salir de un arma y al impactar contra un blanco.

estriadoSi lo revisáramos mediante fórmulas, encontraríamos puros números, es decir, la fuerza a la que es disparado el proyectil, la densidad del aire, líquido al cual «ataca» y su velocidad de «aterrizaje» al chocar con algún cuerpo determinado, es decir, necesitaríamos un pizarrón y un profesor de física, pero como no entraremos en ese tipo de detalles, revisaremos datos prácticos para que a usted, estimado lector, se le quiten algunas dudas, si es que las tiene.

Velocidad de salida: es precisamente la misma a la que es disparada la bala al momento justo en el que abandona la boca del cañón. Éstas pueden partir desde subsónicas (menos de 330 metros por segundo) y hasta más de 1800 m/s, algo así como ser disparado de un APFSDS, un proyectil perforador de blindaje. Mencionaremos también que la velocidad de salida obedece a la razón de la quema de pólvora o la explosión generada para que el proyectil sea lanzado con fuerza, pero también a la que desarrolla al interior del cañón y ahí lo que más importa es su largo, pero no se equivoque, debe existir un equilibrio, puesto que la acción de combustión del gas propelente podría perder presión, haciendo que la bala disminuya en aceleración incluso antes de abandonar el cañón.

disparo-de-bala-800864La regla de acuerdo al propelente es la siguiente, un propelente que se consume más lentamente necesita un cañón más largo para quemarse del todo, pero puede, por otro lado, empujar un proyectil más pesado. Un propelente que se consume rápido puede acelerar un proyectil más ligero a velocidades mayores si se usa la misma cantidad de propelente. En un cañón, la presión que resulta del proceso de combustión es un factor limitante sobre la velocidad del proyectil. Se debe encontrar un equilibrio entre calidad/cantidad de propelente, peso del proyectil y longitud del cañón si se pretende lograr un máximo de rendimiento, además de que el interior del mismo deberá contar con estrías suficientes para continuar «resbalando» la bala sin que esta ejerza presión hacia los lados, es decir, dirigirla como si fuera un riel para su salida.

Ahora bien, si uno disparara bajo el agua o en contra de ella, ¿qué sucedería? Bueno, obviamente la resistencia es mucho mayor, pero ¿la velocidad influye en que la bala alcance su objetivo causando un daño? Sí, a mayor velocidad, mayor impacto directo con el líquido, por lo que esto podría deformar, desacelerar o incluso hacer estallar a una bala de alto calibre, por lo que para este tipo de acciones y ataques subacuáticos se utilizan diferentes proyectiles e instrumentos #ViernesDeVelocidad.

 

ESCRITO POR
Entusiasta de la comunicación y la actividad del periodismo ejercidos con profesionalismo. Manejo desde los 13 años, pero –en la actualidad– sigo jugando a los carritos.


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